A las 17:30 el presidente Rafael Correa arribó hasta la Tribuna de los Shyris, en el norte de Quito, donde el Gobierno conmemoró el primer año de los hechos del 30 de septiembre del 2010. A su llegada saludó a sus simpatizantes, quienes con gritos y aplausos trataban de acercarse.Sin embargo, su paso fue acordonado por unos 100 militares que le brindaron seguridad.
Sobre la tarima se lo observó emotivo y a la vez enérgico. Habló durante 30 minutos y en su discurso recriminó a quienes “se ocultaron en máscaras, cobardes y atacaron a gente inocente”, durante el 30-S. “¿Dónde están los que se disfrazaron de médicos para sacar información y decir que le den cianuro al Presidente”.
Además, criticó a la prensa por sus supuestas intrigas y dijo que la revolución aún es vulnerable. Por ello pidió al pueblo vigilarla. Junto a él estuvieron todos los funcionarios del Gobierno, como los hermanos Fernando y Vinicio Alvarado, así como Doris Soliz, Gustavo Jalkh y Ricardo Patiño. También estuvo el alcalde de Quito, Augusto Barrera. “Aquellos que creyeron que con sus balas asesinas podrían vencernos, no saben con quién se están metiendo. No matarán nuestros ideales”, dijo Correa antes de entonar la canción Patria junto a su Gabinete.
En esa misma tarima, en horas de la tarde, cantaron artistas nacionales sus temas hacían alusión a la asonada del 30-S.
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La tarima fue instalada junto a la Tribuna. A lo largo de la avenida de los Shyris hubo seis pantallas gigantes en las que se difundieron videos en los que se presentaron testimonios de personas que hace un año fueron agredidas por la Policía. El secretario de Alianza País, Galo Mora, dijo que escuchar los testimonios de la gente que ese día fue ultrajada era lo más importante.
También se colocaron carteles de apoyo al presidente Correa y otros de rechazo a los hechos del 30 de septiembre del 2010.
Durante el acto, los funcionarios de Alianza País repartían camisetas, banderas y bufandas a todos los asistentes. Cientos de los participantes portaban una camiseta con la frase “30-S nunca más”. Esta idea se repitió entre las miles de personas que llegaron desde todas las provincias, bajo la coordinación del movimiento oficialista Alianza País.
Entre los asistentes se observó a funcionarios públicos que aseguraron que ese día sería descontado de sus vacaciones. También hubo gente como Beatriz Yantalema, oriunda de Gualaceo, quien no conocía el verdadero motivo de su visita a Quito.
Dijo que simpatizantes de A. País le habían invitado a la capital, con transporte y comida incluida. Ella aceptó el viaje pues quería conocer la ciudad.