Cuando me inicié como docente y administradora del Centro Educativo Eugenio Espejo en 1987, empezamos como una institución que dictaba cursos de manejo de máquinas industriales y primeros auxilios, en un pequeño local en el centro de Quito.
Más tarde ampliamos nuestros servicios a la sociedad con las modalidades semipresencial y a distancia, debido a la gran cantidad de personas que deseaban educarse pero que carecían de tiempo.
Precisamente como institución entendimos que esta clase de educación semipresencial y a distancia era una alternativa muy válida para quienes (en su mayoría amas de casa y gente madura) no habían terminado sus estudios y querían un futuro mejor en base a la educación.
Con la experiencia adquirida, pudimos ampliar nuestras instalaciones con un edificio en el sur de la ciudad que ofrece el bachillerato completo, tanto semipresencial como a distancia, en Físico Matemático, Sociales, Diseño de modas, Contabilidad, así como en carreras profesionales cortas, en las áreas de asistentes de salud y auxiliares técnicos programadores en informática.
El aporte que mi institución y yo hacemos al país y a la sociedad se basa en la inserción de nuevos elementos productivos debidamente capacitados y refrendados por las autoridades respectivas.