Al criticar el tortuoso trámite del proyecto de Ley de Comunicación, la legisladora gobiernista María Paula Romo hizo notar que no ha habido un debate a fondo de los contenidos, pese a los meses transcurridos. Y tiene razón. Sin embargo, su reflexión lleva a una pregunta inevitable: ¿habrá debate a fondo en los pocos días concedidos para la nueva prórroga?
Y no se trata solo de un problema de tiempo. Persisten condiciones que han impedido consensos mínimos para una ley que se aparte de dictados ideológicos y que no tenga como principales fines la censura y el control. Un objetivo difícil, sobre todo cuando el Presidente de la República volvió a la carga para decir a sus asambleístas cómo deben legislar en una materia que había declarado no prioritaria para su proyecto político.
Es notorio que asambleístas radicales como María Augusta Calle ven el nuevo escenario como la oportunidad para avanzar en condicionamientos para los medios audiovisuales, mientras los asambleístas opositores no quieren prestarse para la aprobación de una Ley que insista en las necedades anteriores.
El presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, avaló ayer la prórroga y buscará apoyo en los jefes de bloque para una ley de consenso. ¿Pero habrá un debate a fondo?