Los indígenas evangélicos, en recomposición

Pablo Guachilema dialoga con los pastores en un curso de liderazgo de la Conpociech.

Pablo Guachilema dialoga con los pastores en un curso de liderazgo de la Conpociech.

En los últimos años la Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos (Feine), perdió fuerza en el escenario político nacional. En temas como el debate final y la aprobación de la Ley de Aguas, el nuevo Código Integral Penal y el tratamiento legal de la justicia indígena, no hubo una participación de sus representantes.

En años anteriores, esta organización tenía, junto a la Conaie y a la Fenocin, una parte de la vocería del movimiento indígena a nivel nacional.

La Confederación de Pueblos, Organizaciones y Comunidades Indígenas Evangélicas de Chimborazo (Conpociech), es el estamento provincial de esa organización. A las 700 iglesias evangélicas distribuidas en los 10 cantones, acuden cerca de 85 000 personas. Según sus dirigentes esta es la fortaleza que impedirá que la organización desaparezca.

“Si nosotros nos proponemos, podemos reunir 5 000, 10 000 o más personas en un evento. Nuestro poder de convocatoria nos mantiene fuertes y consolidados”, opina el presidente, Pablo Guachilema. Para él, lejos de que la organización se haya evaporado, están más fuertes que nunca, porque se inició un proceso de recomposición desde sus bases.

Con este criterio coincide el exasambleísta Marco Murillo, su dirigente histórico. “La Feine perdió visibilidad, pero no fuerza”. Según él, la falta de representantes en la Asamblea y la tendencia del Régimen a desconocer a las organizaciones sociales, perjudicó la actuación política de la organización.

Incluso, las propuestas que presentaron para la Ley de Aguas en el 2012, no fueron escuchadas. En sus demandas solicitaban proyectos propios para los cuidadores del agua, los protectores del páramo y los propietarios de las esponjas hídricas, así como también la creación del fondo del agua.

“La Feine no es la única afectada. Los gremios de trabajadores, maestros, comerciantes, jubilados, entre otros, también se han visto golpeados por un gobierno que no promueve y no apoya el desarrollo del tejido social. Esto es peligroso para la democracia de nuestro país”, enfatiza Murillo.

La separación política de los integrantes de la Feine fue otro factor que la debilitó. Una ruptura interna en el brazo político de la organización, el movimiento Amauta Yuyay, provocó que algunos dirigentes cambiaran su militancia a otros partidos.

Murillo, por ejemplo, se postuló a la Prefectura de Chimborazo por SUMA. Entre tanto, desde Amauta Yuyay no hubo candidato para ocupar esta dignidad, tampoco alcanzaron representaciones en los municipios de Colta y Guamote.
“Hubo ruptura entre algunos integrantes porque quienes asumieron el poder con la bandera de Amauta propusieron el acuerdos a algunas políticas de gobierno y no estuve de acuerdo”, indicó Murillo.

Por otro lado, Guachilema señaló que el movimiento político nació para representar las demandas de nuestra gente en las instituciones públicas. “Algunos dirigentes no lo promovieron como debían, pero ya estamos trabajando en el fortalecimiento, en las próximas elecciones presentaremos nuevos políticos, profesionales y bien capacitados”.

Una de las estrategias planificadas por la Compociech para recuperar los espacios perdidos, es el cambio generacional en la dirigencia y la formación de nuevos líderes. Por eso, las reuniones en la sede de la entidad, ubicada en la comunidad Majipamba, frente a la laguna de Colta, son frecuentes.

Junto a la sede, se instaló un instituto de capacitaciones denominado Ciencia y Biblia, en el que además de los conocimientos teológicos, se imparten talleres de liderazgo para formar nuevas figuras que les representen en los temas sociales, religiosos y políticos. También funcionan dos radios comunitarias, en las cuales se emite programación para informar sobre los avances de la organización.

Allí, los asistentes a los cursos que se imparten a los jóvenes, mujeres y próximos pastores, entran y salen de las aulas en las mañanas y tardes. Todos visten gruesos ponchos rojos y chalinas abrigadas para protegerse del frío durante las clases.

Una de las prioridades de los dirigentes al momento, es cumplir con un proceso de recomposición organizacional interna, la reformulación de los estatutos y de lineamientos de la Feine. El objetivo es ampliar el espectro de las luchas que embandera la organización.

“Ya no se trata solo de pedir el reconocimiento de nuestros derechos porque eso ya lo logramos, tenemos un estado plurinacional, pluricultural, multiétnico reconocido en la constitución. Ahora cambiaron las coyunturas sociales y políticas, por eso debemos redefinir nuestras demandas”, explica Murillo.

Uno de los planteamientos que actualmente se debate en la Feine es el desarrollo económico del país. La Feine vive otro momento.

CronologÍa
2001
Marco Murillo lideró a la Feine en el poderoso levantamiento indígena de enero y febrero contra Gustavo Noboa. Trabajó junto a la Conaie y a la Fenocin.

2002-2005
La Fenie, a través del movimiento Amauta Jatari, lanzó a Antonio Vargas a la Presidencia. Llegó en último lugar. Vargas fue ministro de Lucio Gutiérrez.

2009-2013
Marco Murillo, a través de Amauta Yayai, fue elegido asambleístas en el 2009. Quiso ir a la reelección de la mano de SUMA en el 2013, y fue candidato a prefecto de Chimborazo.

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