Uno de los puntos de recolección de firmas se puso ayer en Guayaquil, en Sauces 8. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO
La organización Rafael Contigo Siempre dice que ha recolectado 210 487 firmas en tan solo 17 días. Necesitan 934 585 para lograr un referendo que permita la derogación de la transitoria que impide que Rafael Correa sea reelegido como presidente.
Si mantienen ese ritmo, el colectivo completaría el número requerido en 58 días más (el 2 de septiembre). Es decir, dentro de los plazos que se establece el Reglamento de Democracia Interna.
Aunque sus dirigentes son más optimistas. Pamela Aguirre cree que en 28 días, es decir hasta el 3 de agosto, la meta estaría cumplida. Le urge validar la candidatura. La idea del colectivo es que la Consulta Popular se realice entre la última semana de septiembre y la primera de octubre. Con esto, señala, si el resultado del referendo es positivo, en la convención de Alianza País, que está prevista para el 1 de octubre, Correa ya podría ser considerado.
Cuando el colectivo entregue las firmas al Consejo Nacional Electoral (CNE), este organismo tendrá 15 días para validarlas. Y luego enviará la pregunta a la Corte Constitucional (CC), para que se califique su procedencia.
Desde que el Pleno de la CC reciba el caso, correrán 20 días para que emita una respuesta y, si sobrepasa el tiempo, se entenderá que ha emitido dictamen favorable. Con esta respuesta, de ser el caso, el CNE tendrá 15 días para convocar a votaciones.
El propio Correa advirtió esta semana que podría presentarse en octubre próximo. “Mi decisión se mantiene; no presentarme, pero depende del nivel de bravuconería, cobardía de los mismos de siempre. Si siguen con sus insultos, me les presento en octubre y les gano”, dijo el martes pasado.
El analista político Luis Verdesoto cree que todo lo que se ha armado alrededor de la candidatura de Correa es una táctica de Alianza País (AP) para generar incertidumbre en la oposición y desgastarla.
Al diferir la designación de su candidato presidencial, comenta, el oficialismo también logra que dentro de su movimiento se calmen las disputas. Ya que en medio de una crisis por saber quién debe ser el presidenciable, el único candidato que podría volver a unirlos es Correa.
Verdesoto incluso encuentra un vínculo con la reciente polémica que envuelve al exvicepresidente Lenin Moreno.
El canciller Guillaume Long confirmó -luego de negarlo en un principio- que Ecuador corre con la subsistencia de Moreno en Suiza, como enviado especial por la ONU.
El tema puede desgastar la imagen de Moreno, que tiene más respaldo popular en las encuestas para reemplazar al Primer Mandatario, y dejar la vía libre para que sea el mismo Rafael Correa quien entre a la lid electoral asegurando una victoria del oficialismo, comenta Verdesoto.
Francisco Rocha, experto en política, también cree que la recolección de firmas, la declaración de Correa y el diferimiento de la definición de los candidatos es una estrategia para marcar una agenda mediática. Así, los temas de discusión se enfocan en el oficialismo y se resta importancia a la oposición.
Pese a que Correa también ha insistido en que luego de su período quiere retirarse y vivir fuera el país, Rocha no está convencido de que en realidad no quiera seguir en el poder.
“Correa no ha definido todavía qué hacer y por eso alargan las definiciones”.
El oficialismo ha tratado de cuidarse de dar nombres para las posibles candidaturas. Aunque uno de los que se escuchaban para la Asamblea era el de la propia Pamela Aguirre.
Ella reconoció ayer que “ha recibido varias propuestas” de diferentes partidos para terciar por la legislatura. Aunque ninguna de esas es de Alianza País. El proceso de recolección de firmas le ha permitido recorrer el país, presentarse a los ciudadanos y liderar la organización de equipos.
Según el registro del colectivo Rafael Contigo, en el momento hay
7 210 recolectores distribuidos en 22 provincias del país. En Manabí y en Esmeraldas no hay voluntarios. Fue una decisión del colectivo, tras los efectos que causó el terremoto del 16 de abril.
También aseguran que hay representantes en Europa y en Norteamérica. Cada persona se organiza, según su tiempo, para la recolección.
Luego, en el caso de los que están en el país, entregan las firmas a los coordinadores provinciales y estos son los encargados de enviar a Aguirre y a Stephania Baldeón (otra líder del colectivo) vía encomienda.
Ellas hacen el conteo final y la numeración de los formularios. El formato de esta hoja se envía a las provincias vía correo electrónico y cada voluntario se encarga de imprimirlo y fotocopiarlo con recursos propios, según Aguirre.
La exfuncionaria de la Asamblea, por ejemplo, recuerda que con el apoyo de su tía imprimió 100 000 ejemplares en una imprenta, en el norte de Quito. Costó USD 2 000.
Ayer, Grecia Quiñónez se unió a la iniciativa en Guayaquil. “Escuché que necesitaban gente para ayudar en la recolección de firmas, así que decidí sumarme”, dijo.
Estuvo con un grupo en la ciudadela Sauces 8, en el norte de la ciudad. Logró la firma de Isabel Franco. Ella cree que Rafael Correa debe continuar al frente del Gobierno para que no se cambien los ejes de las políticas sociales.