¿Un debate jurídico, político o ético? Las reacciones que entre ciudadanos, políticos y analistas han generado los últimos cambios al Gabinete del presidente Rafael Correa apuntan a cuestionar la presencia de 5 lazos familiares dentro del equipo de Gobierno. Una práctica que, durante los largos años de la ‘partidocracia’ generó muchas críticas desde la opinión pública.
Abdalá Bucaram, por ejemplo, nombró a su hermano Adolfo ministro de Bienestar Social, y como su hermano Santiago era diputado, el
entonces Presidente advertía que su familia era de políticos y que no había razones para cuestionar su presencia en los círculos del poder.
El hombre que manejó las cuentas de la campaña de Jamil Mahuad, en 1998, fue su hermano Eduardo. Gustavo Noboa nombró a Ricardo Noboa como presidente del Consejo Nacional de Modernización; mientras que a Lucio Gutiérrez se le cuestionó que su hermana Jeaneth y su cuñado Napoleón Villa fueran parte del círculo presidencial.
Con el gobierno de la Revolución Ciudadana esas prácticas políticas se han reeditado. Así, en el Banco Central está Pedro Delgado, primo del presidente Correa, al tiempo que los hermanos Patiño, desde el frente político, y los hermanos Alvarado, desde el frente mediático, han tomado más poder dentro del Gobierno.
“¿No es nepotismo tener un primo en el poder?”, se preguntó Rubén Espín en uno de los comentarios registrados ayer en la página web de este Diario. Al tiempo que Ana Martínez argumentó que esta práctica se ha vuelto descarada en los últimos años. “Me preocupa que el hermano del diplomático ministro Patiño tome las riendas de la inteligencia del Estado. Me pregunto ¿qué pretenden estos señores?”.
Marco Proaño Maya, ex diputado roldosista, dice que esta discusión no puede necesariamente ser abordada desde la figura jurídica del nepotismo. Más aún, cuando advierte que en la Constitución actual se levantaron las prohibiciones que tenían los familiares más cercanos al Presidente para terciar en elecciones.
Lo que está en debate es el grado de responsabilidad con el cual el Presidente nombra a su gente.
Fabry Rayo también dejó su comentario en las redes sociales. Para él en el Gabinete hay “puros amarres. Si no es el hermano es
el primo y si no es el primo es la hermana, osea…”.
Los últimos cambios en el equipo ministerial, más que confirmar el habitual ‘reciclaje’ de los ministros, demuestran el reposicionamiento político de cinco familias, muy cercanas al Presidente (ver cuadro superior). “Puede que tengan capacidad para estar ahí, pero… si mal no recuerdo, hay 14 millones de ecuatorianos, pero siempre son los mismos”, recuerda Fabry Rayo.
El ex ministro de Gobierno de Correa, Gustavo Larrea, ve en estos nombramientos un signo de profundo desgaste del Régimen.
“No hay autocrítica ni deseo de hacer rectificaciones. El Gobierno no se ha acercado políticamente a las organizaciones sociales y a sus planteamientos”. A su juicio, lo que se produjo el jueves fue un “enroque menor de piezas” que le terminará pasando al Presidente una factura electoral.
¿Por qué? Según Larrea, una de las razones es que el Presidente cae en los mismos defectos que se le criticaron a la partidocracia, como nombrar en los cargos de alto poder a familiares. “Un gobierno no solo tiene que ser pulcro, también debe parecerlo”.
Otros casos en la historia…
Durante el gobierno del presidente Jaime Roldós, su hermano León ocupó un cargo público. La familia Bucaram, de la entonces primera dama, también tuvo cuotas políticas en el Régimen.
Los presidentes Osvaldo Hurtado, León Febres Cordero, Rodrigo Borja y Alfredo Palacio tuvieron hermanos cercanos al poder: en nivel de asesoría o con alguna representación en el exterior.
A los ex presidentes Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez se les cuestionó la presencia de familiares cercanos en sus gobiernos. Sus hermanos también han sido elegidos como diputados.
La familia de Correa está en la política. Fabricio Correa, vinculado en el caso Gran Hermano, quiere ser candidato presidencial. Pierina preside la Federación Deportiva del Guayas; quiso ser Prefecta.