El ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, aseguró ayer que si el Gobierno ecuatoriano tiene realmente el interés de impulsar la iniciativa Yasuní-ITT, debe recuperar la confianza de los países potencialmente donantes.
De esta forma, el también ex Ministro de Energía comentó los magros resultados que la negociadora Ivonne Baki tuvo en Alemania a inicios de semana y dio su punto de vista de por qué a Ecuador le fue mal en esta visita.
“En Alemania hubo un cambio de gobierno: entraron los liberales, y ellos no entienden el mundo sino es a través del prisma del mercado”. Mientras que dijo que desde el Gobierno ecuatoriano, “no hay señales claras y estables que generen la confianza que requiere esta Iniciativa”.
El ex Constituyente insistió en que el presidente Rafael Correa mantiene “como una espada de Damocles, a la que le saca brillo con demasiada frecuencia”, el denominado plan B; es decir la extracción d el petróleo.
Frente al desempeño del equipo negociador, Acosta dijo no estar seguro de si Baki entiende en realidad de qué se trata el proyecto. Se requiere de “una estrategia estable y muy amplia. No solo hay que conseguir el apoyo del Gobierno central, se puede avanzar mucho a nivel de los estados federados y de las ciudades grandes. También habría que plantear aportes desde el mundo empresarial y de la misma ciudadanía. Hay que ser más creativos”.
En ese sentido, propuso que los ciudadanos de los países del Primer Mundo que aporten al fondo del Yasuní-ITT deberían poder descontar al menos una parte de dicho aporte de sus impuestos.
Aunque el tropiezo en Alemania es duro para el proyecto, Acosta dijo que si hay coherencia en el Gobierno ecuatoriano se podría ampliar los ámbitos de búsqueda de financiamiento. No obstante aseguró que la falta de coherencia es la principal característica del Régimen en este tema.