Artesanos del país fueron invitados a un almuerzo con el presidente de la república Rafael Correa . Fotos: Alfredo Lagla / El Comercio
La hora es siempre la misma: 13:30. El presidente Rafael Correa es conocido por ser puntual, así que los invitados tratan siempre de llegar a tiempo. En lo que va del año, el Primer Mandatario ha sido el anfitrión de 11 almuerzos y dos cenas en el Palacio de Carondelet.
Alrededor de la comida, Correa ha abierto un espacio de cercanía con diferentes sectores que no siempre son parte de la política.
Ayer, por ejemplo, invitó a los miembros de la Junta de Defensa del Artesano y hace una semana estuvo con los miembros del Partido Socialista-Frente Amplio. Antes, con los jugadores de la Selección Ecuatoriana de Fútbol.
“Esos almuerzos del Presidente son una forma de acercarse a las personas que aportan a la sociedad de una u otra manera, a gente que desde su espacio de trabajo y de acción social genera al país muchas cosas positivas, como las asociaciones, los abanderados, los betuneros…”, sostiene Fernando Alvarado, secretario nacional de Comunicación.
Estudiantes, tuiteros, músicos y deportistas, así como autoridades, asambleístas y políticos, son parte de quienes han llegado a Carondelet para comer. A través de estas invitaciones, las puertas del Palacio de Gobierno se abren para sectores de todo tipo. O, como dice Alvarado: “Carondelet es de todos los ecuatorianos”.
“Ahora los banqueros o grandes empresarios no son los únicos que tienen la oportunidad de departir y reunirse con Presidente, Vicepresidente, ministros y secretarios”, asegura Rafael Méndez, bloguero que asistió a uno de estos eventos.
Los deportistas están también entre los invitados frecuentes. La Selección Ecuatoriana de Fútbol recibió allí un almuerzo después de clasificarse al Mundial y otro hace dos semanas, como parte de los homenajes que se le brindó antes de partir a Brasil.
Sin embargo, las autoridades aún siguen siendo parte importante de quienes llegan hasta el Salón de Banquetes de la Presidencia. Uno de los almuerzos más comentados fue el que ofreció a los alcaldes y prefectos electos el 23 de febrero pasado, entre quienes estuvo Mauricio Rodas.
A pesar de ser el opositor al candidato oficialista, Rodas tomó este acercamiento como “el primer paso positivo en esta colaboración”, según dijo.
La actitud del presidente Correa como anfitrión en estos eventos es más bien informal. Las personas que han asistido aseguran que él se mantiene muy jovial, bromea, se toma fotos y canta.
Pero los aspectos protocolarios no se abandonan, como la entonación del Himno Nacional, el brindis y la foto oficial.
La música en vivo es algo que no falta nunca en las citas, y el hecho de que Correa siempre acompañe las canciones que los músicos interpretan es un punto en común de todas estas comidas. Silvia Salgado, miembro del Partido Socialista y quien estuvo presente en la cita del lunes anterior, cuenta que Correa siempre canta, lo que le da un aire de informalidad y camaradería al encuentro.
“La invitación es un gesto de amistad, de confianza. No es el hecho de comer, sino la oportunidad de compartir”, dice Salgado, quien también ha participado en otras citas en Carondelet.
Ella cree que en el caso de su partido, la invitación fue más cercana porque se desarrolló en el comedor de la Residencia Presidencial. En el Salón de Banquetes o Salón Amarillo, Correa recibe a la gente cuando se trata de grupos más grandes o en actos de carácter oficial. El 24 de mayo pasado, por ejemplo, más de 200 personas comieron allí después de presentar su Informe a la Nación en la Asamblea.
Estas cenas y almuerzos no son utilizados normalmente como espacios de trabajo, aunque los temas políticos a veces se cuelan en las conversaciones. “Queridas compañeras y compañeros, bienvenidos, esta es su casa, hace tiempo estaba pendiente esta reunión tan solo social, de equipo, de compañeros”, dijo Correa el 15 de abril pasado. Esa noche, el bloque legislativo de Alianza País fue invitado a una cena con el Presidente y se prohibió hablar de política.
Aunque las comidas de trabajo en Carondelet son frecuentes, estas no se convocan mediante un invitación formal.
Los encuentros en el Palacio normalmente son los lunes, después de la ceremonia de cambio de guardia. El menú está a cargo de la chef ecuatoriana Gabriela Cepeda.
La comida generalmente es nacional, según relató el mismo el Presidente en la sabatina del 31 de mayo pasado. Pero no faltan recetas internacionales, sobre todo en los postres.
“En Carondelet se come muy rico”, aseguró Correa mientras se leía el menú que compartió con los seleccionados. Los platos: gratín de mariscos, picaña a la parrilla con vegetales y strudel de manzana.