El edificio que sirve de sede a este organismo, está situado junto al complejo turístico Mitad del Mundo. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Un total de USD 284 000 se requieren al año para mantener el edificio que ocupa la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en el sector turístico de la Mitad del Mundo, al norte de Quito.
El monto incluye los gastos de limpieza, revisión de los ascensores y escaleras eléctricas, así como el pago de los servicios de agua potable, energía eléctrica, Internet, telefonía fija y celular. Al mes, las facturas suman unos USD 23 660.
La edificación de cuatro pisos permanece semivacía. Los únicos ocupantes son 31 personas, en su mayoría, dedicadas a tareas administrativas: el director de cooperación, la jefa de talento humano, la jefa de la oficina de asesoría jurídica, una secretaria, un conductor…
Y pese a que han transcurrido casi dos meses desde que el presidente, Lenín Moreno, anunció que pedirá a la Unasur la devolución del inmueble para instalar allí una universidad intercultural, ninguno de los inquilinos ha recibido hasta ahora un oficio o comunicación sobre esa decisión.
El canciller, José Valencia, ratificó hace una semana que ya se adelantan conversaciones con miembros del organismo para trasladar la sede a otras instalaciones, a una edificación más pequeña, aunque no proporcionó más detalles.
Para el expresidente colombiano Ernesto Samper, quien ocupó la Secretaría General de Unasur entre 2014 y 2017, revertir la propiedad del inmueble es algo que “no es posible jurídicamente”.
“La única posibilidad de que (el edificio) regresara a manos del Gobierno de Ecuador es que se disolviera la Unasur, que espero no suceda”, indicó a EL COMERCIO.
Este Diario, sin embargo, tuvo acceso a la escritura de donación del predio que data del 15 de diciembre del 2016 y que reposa en la Notaría Décima Tercera del cantón Quito. Allí constan las firmas de Samper y del entonces canciller ecuatoriano Guillaume Long.
En el documento se establecen tres condiciones para que el dominio del inmueble, avaluado en USD 39 474 515, se revierta a favor del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador.
Una de ellas es que se extinga ese organismo regional. Las otras dos son que Ecuador denuncie el Tratado Constitutivo y abandone el grupo, algo que no está entre los planes del Gobierno; o que los países miembros decidan cambiar la sede de la Secretaría General de Unasur a otro país.
En este último caso, Samper subraya que se requiere un consenso de todos sus integrantes, algo que le ha sido imposible alcanzar al grupo siquiera para designar un nuevo Secretario General, por lo que ese organismo internacional lleva un año y medio acéfalo.
“Yo creo que el consenso fue la bendición para que naciera Unasur y ahora es una maldición para que siga adelante”, manifestó el político.
La expectativa se centra ahora en una reunión de coordinadores de la Unasur que, según el canciller Valencia, tendrá lugar este mes en Uruguay. Allí Ecuador planea presentar una propuesta para rescatar al organismo de la crisis.
Valencia adelantó que el plan consistirá en reducir el “andamiaje excesivo” de la Secretaría Ejecutiva, redefinir sus competencias y fortalecer los temas de interés regional.
“Hay concretas acciones y creemos que son muy positivas en materia de interconexión de infraestructura, desastres naturales, salud pública”, señaló el diplomático.
La cita se dará cinco meses después de que seis de los 12 países miembros de este organismo (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú y Paraguay) decidieran suspender su participación hasta que se nombre a un nuevo Secretario General, en reemplazo del colombiano Samper.
Además, Colombia dio un paso más el 27 de agosto pasado al denunciar el Tratado Constitutivo de Unasur, es decir, oficializar su decisión de retirarse del grupo. El presidente de ese país, Iván Duque, dijo que sale de ese organismo por “su silencio y complicidad” con la “dictadura” de Nicolás Maduro en Venezuela, en momentos en que ese país atraviesa una crisis humanitaria que ha generado una ola migratoria hacia otros países.
La desvinculación es un trámite que toma seis meses. Samper, uno de los defensores más asiduos de este proyecto, espera que Colombia reconsidere la decisión de abandonar este grupo en ese tiempo.
Otro de los países que está sopesando su permanencia es Chile. Roberto Ampuero, ministro de Relaciones Exteriores de ese país, consideró que la Unasur “es un cadáver y no cumple sus objetivos”.
Por su parte, Manuel Castillo, dirigente de fortalecimiento político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), aseguró haberse reunido con funcionarios diplomáticos de Venezuela, quienes le transmitieron, según dijo, que tenían “preocupaciones” sobre el futuro de la sede de la Unasur.
Castillo señaló que, más allá de la controversia que genera el uso de ese edificio, lo que le interesa a esta organización indígena es que se concrete la creación de la universidad.
En julio, el asambleísta Fernando Callejas (Creo) pidió que Contraloría revise los fondos públicos que se utilizaron tanto para la construcción como para su donación.
Hitos en el funcionamiento de la unión de Naciones sudamericanas
23 de mayo de 2008
Se aprobó el Tratado Constitutivo de Unasur, en el cual se designó como sede permanente de la Secretaría General a Quito, capital del Ecuador, y del Parlamento a Cochabamba, Bolivia.
5 de diciembre de 2014
Con la presencia de los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, fue inaugurada la sede de este organismo en la Mitad del Mundo.
20 de abril de 2018
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú suspendieron su participación en Unasur, luego de que en el bloque no se lograra un consenso para designar un nuevo secretario general.
5 de julio de 2018
El presidente, Lenín Moreno, anunció que pedirá la devolución del inmueble. “Es absurdo que un edificio que cuesta varias decenas de millones de dólares esté sin ninguna utilidad”, argumentó.
En contexto
La Unasur fue creada en 2008 por 12 países de la región, como un mecanismo para desarrollar propuestas y programas de integración. Desde hace año y medio está en acefalía ante la falta de consensos para designar al Secretario General.