La caricatura entre el control y la intolerancia

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El ataque contra el semanario Charlie Hebdo resultó un tema especialmente sensible para el Gobierno ecuatoriano, que rechazó el atentado públicamente aunque, en el país, los caricaturistas también viven tiempos difíciles por las críticas desde el Régimen.
El ataque al rotativo francés, que dejó 17 muertos y provocó reacciones de rechazo en todo el mundo, se da en una coyuntura nacional compleja, en la que el trabajo de los caricaturistas está bajo el constante control del aparato estatal.
Xavier Bonilla, mejor conocido como ‘Bonil’, fue sancionado por la Superintendencia de Comunicación (Supercom) en febrero del 2014 y ahora enfrenta un nuevo proceso en esa entidad.
Mientras tanto, otros caricaturistas son constantemente mencionados en las sabatinas del presidente Correa.
Dos días antes del incidente en Charlie Hebdo, Fernando Alvarado, secretario de Comunicación del Régimen, envió una carta a este Diario en contra de la publicación de una caricatura de Roque Maldonado. “Al parecer, ciertos caricaturistas no comprenden todavía los límites éticos del humor”, escribió Alvarado.
Pero, desde su vereda, los caricaturistas creen que desde el Gobierno hay una mala interpretación de su trabajo. Roque cree que el humor no debe ser una cosa que reciba castigos o cuestionamientos.
“La caricatura tiene una función un poquito irrespetuosa, de representación exagerada. No le podemos poner ética al irrespeto. Las autoridades, preocupadas tanto del aspecto político de las cosas, ignoran por completo que todo el mundo se sonríe, que tienen ganas de reírse”, señala Roque.
Las críticas surgen sobre todo porque tanto Alvarado como el presidente Correa han expresado su rechazo al atentado.
El Mandatario participó en un evento el domingo en la Alianza Francesa, donde reiteró que “toda libertad debe tener límites”, según declaraciones a la agencia EFE.
Mientras que el Secretario de Comunicación incluso se ha identificado con la frase “Yo soy Charlie”. En su blog dijo “está bien que ‘Bonil’ y ‘Roque’ sean caricaturistas, pero el hecho de pedir rectificaciones ante ciertas publicaciones realizadas por ellos no tiene nada que ver con mi solidaridad, rechazo e indignación frente a lo sucedido al semanario”.
Sin embargo, para el caricaturista ‘Pancho’ Cajas, Charlie Hebdo no podría ser publicado en el país bajo las actuales condiciones.
Él ve la posición del Gobierno ecuatoriano como un doble discurso, que pretende quedar bien ante la comunidad internacional al condenar el atentado pero que, puertas adentro, es muy crítico.
“Aquí algunas caricaturas, que resultan insignificantes al lado de la crudeza de las francesas, han sido duramente cuestionadas y enjuiciadas”, señala.
Ponto Moreno, mejor conocido como ‘Luján’, cree que el acto de solidaridad con el semanario satírico significa que el Gobierno acepta que el humor no tiene límites y no debe tenerlos, pero eso en realidad no sucede. “Yo pienso que si tú no tienes sentido del humor, la caricatura será siempre ofensiva”, asegura.
Los caricaturistas Jorge Cevallos, conocido como ‘Arcabuz’, y Kléver Moreno coinciden en que sí hay límites a sus expresiones en el humor, pero estas deben ser personales y venir desde los principios. “Por ejemplo, yo prefiero no tomar los temas de accidentados para un dibujo; eso ya depende de cada uno de los humoristas”, asegura ‘Arcabuz’.
Moreno también cree que la caricatura es irreverente y siempre crea incomodidad en el poder. “Nosotros no nos podemos ir contra el credo religioso o las preferencias sexuales del caricaturizado, pero sin eso uno puede ser irreverente”.
Además, el ataque a la revista se da días antes de que Supercom celebrara una audiencia contra ‘Bonil’.
La cita estaba agendada este viernes, pero fue aplazada para el 9 de febrero.
“Algún caricaturista mal pensado podría creer que suspendieron la audiencia para no mezclar con el acto de solidaridad que se ha levantado con los caricaturistas franceses y con este ambiente de rechazo a los intolerantes”, aseguró ‘Bonil’.
Él señala que los límites son siempre algo que le preocupa a la autoridad, pero no deben ser algo que llegue hasta el trabajo de un artista.
De su lado, el diario El Universo publicó en su edición de ayer que una funcionaria de la Alianza Francesa solicitó a ese medio que no publicara una fotografía de un cartel que se mostró el domingo durante el evento en el que participó el presidente Correa.
“En este país, la crítica y la sátira también son calladas, no por el terrorismo sino por el Gobierno” decía la pancarta. Según el periódico, la funcionaria -no identificada en la nota- alegó que no se trataba de un acto “político”.
En contexto
El semanario Charlie Hebdo, con sede en París, Francia, fue víctima de un atentado el pasado miércoles. Fallecieron 17 personas, entre ellas cuatro caricaturistas. El medio se caracteriza por sus dibujos satíricos en temas de religión, gobierno, diplomacia...