Un paciente de 29 años intentó quitarse la vida desesperado por la falta de oxígeno como consecuencia de la covid-19. Un grupo de policías convenció al joven de volver a su cama, en la que murió minutos después. Foto: AFP.
Al sur de la ciudad de México se encuentra el hospital Enrique Cabrera, que atiende en una zona especial a pacientes diagnosticados con covid-19. El pasado 22 de abril del 2020, la Policía logró evitar que un hombre de 29 años que había contraído la enfermedad se quite la vida, pero el virus lo mató minutos después.
Eran las 09:00 cuando en el centro de salud se activó un código negro. De acuerdo con información del diario El País de España, este es “un aviso de urgencia para personas agresivas o intentos de fuga“. Ignacio Camacho, oficial de Policía, estaba en la planta baja del hospital cuando esto ocurrió y al activarse el código ingresó al centro.
Una de las enfermeras le indicó que el paciente de la cama 329 no estaba. Había tomado la salida de emergencia y se dirigió a la azotea. Se trataba de Julio César M. un hombre de 29 años que ingresó al hospital días atrás con un cuadro de insuficiencia respiratoria grave derivada de la covid-19.
Según el medio español, “su desesperación ante la falta de aire y su estado mental lo llevaron a escaparse de la zona para pacientes con coronavirus“. Había ido hasta allá para quitarse la vida. No murió allí. Tres policías lo convencieron de no arrojarse al vacío, pero el coronavirus lo mató poco tiempo después.
En declaraciones de Camacho recogidas por el medio, “los pacientes están acostados normal, cualquiera puede pararse, ir al baño, regresar. En este caso, el enfermo estaba muy cerquita de la salida de emergencia“. El agente subió y encontró al paciente pegado a la cornisa, desesperado por la falta de aire. El piso estaba a unos 50 metros de distancia.
“Agentes, no se preocupen. Me voy ya, el helicóptero está por recogerme“, dijo el paciente según el diario español. “¡Aléjese de la orilla!, venga, todo va a estar bien”, respondieron los uniformados. Camacho recuerda que el paciente “estaba a un paso de irse para abajo”.
El diálogo entre los agentes y Julio César M. duró 15 minutos. Él “estaba desorientado y muy débil. Intentamos persuadirle para que volviera a su cama”, asegura el agente. Finalmente, el paciente “cedió ante el avance de los tres policías, que consiguieron devolverlo a su cama. El joven se asfixiaba. Se tiró al suelo. No podía apenas caminar“, describe El País.
Los policías que atendieron la emergencia ahora se encuentran en aislamiento y a la espera de saber si se contagiaron de coronavirus. “Yo iba todo el trayecto hacia su sala convenciéndolo de que todo estaría bien, que se tranquilizara“, dijo a El País Isabel Montiel, otra de las agentes que estuvo presente.
Pero a los pocos minutos de que Julio César M. volvió a su cama, un paro bronquio-respiratorio causado por el coronavirus lo mató. “El hospital sostiene que Montalvo sí tenía oxígeno de apoyo complementario“. La Secretaría de Salud de Ciudad de México afirmó que este “le permitía incluso deambular por la sala o bañarse”.
Según declaraciones del hospital recogidas por el medio se ha “encontrado que la covid-19 puede ingresar al cerebro a través del nervio olfatorio, lo que puede provocar una encefalitis viral“.
El sitio web de la Clínica Mayo explica que “la encefalitis suele provocar signos y síntomas similares a los de una influenza leve —como fiebre o dolores de cabeza— o puede no generar síntomas en absoluto. A veces, los síntomas similares a los de la influenza son más intensos. La encefalitis también puede provocar confusión, convulsiones o problemas sensoriales o motrices”.
“El virus tiene muchas formas de atacarnos“, dice en declaraciones a El País la doctora Gloria Llamosa, neuróloga del Instituto Nacional Salvador Zubirán de México. Según la especialista, hay varios estudios que han demostrado cómo el virus afecta el sistema nervioso de los pacientes llegando a causar trombosis que desembocan en daños al cerebro. Pero es prudente “pues todavía hay poca información por lo que no se puede ser contundente”.
El hospital sostiene que el paciente “no padecía depresión“. Y dice que los niveles no óptimos de oxigenación generaron una hipoxia cerebral un cuadro que, de acuerdo con el portal MedLine, se presenta cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro.
“Las células del cerebro son extremadamente sensibles a la falta de oxígeno. Algunas de estas comienzan a morir menos de cinco minutos después de interrumpirse el suministro de oxígeno. Como resultado, la hipoxia cerebral puede causar rápidamente la muerte o daño cerebral grave”, describe el sitio
El hospital argumenta, según El País que el esfuerzo y la descarga de adrenalina que el paciente sufrió cuando subió a la azotea “provocó hipoxia y fatiga cardíaca que produjo un paro ventilo-cardíaco que pese a la reanimación, no se pudo revivir”.