El santuario de Las Lajas, en Colombia, será parte de una ruta turística binacional. Álvaro Pineda / PARA EL COMERCIO
Mientras la Gruta de la Paz, en Montúfar, es uno de los templos más visitados del norte de Ecuador, el santuario de Las Lajas, en Ipiales, lo es en el sur de Colombia.
Tomando en cuenta este detalle, autoridades de Carchi y de Nariño acordaron elaborar una ruta conjunta que incluya a las dos iglesias, para potenciar el turismo religioso y beneficiar a los habitantes de ambos lados de la frontera.
El objetivo es evitar que compitan entre una y otra localidad y, por el contrario, se complementen con los servicios turísticos que oferta cada una, como hoteles, restaurantes y sitios de recreación. Así señala el estudio de factibilidad.
Este es uno de los proyectos binacionales que se impulsa como parte del Convenio de Hermanamiento Transfronterizo -que incluye a Carchi, Esmeraldas, Imbabura y Sucumbíos (Ecuador) y a los departamentos de Nariño y Putumayo (Colombia)-, explica Gustavo Terán, director del Observatorio Binacional de Frontera (OBF), que funciona en la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC).
Esta experiencia fue compartida por el prefecto Guillermo Herrera, recientemente reelecto, durante el Tercer Foro de Desarrollo Económico Local para América Latina y el Caribe, que se desarrolló del 7 al 9 de mayo pasado en Barranquilla, Colombia.
El Observatorio está integrado por 30 universidades de la región, la Gobernación de Nariño, la Prefectura del Carchi, la Cámara de Comercio de Ipiales, entre otros. Fue creada para realizar investigaciones socioeconómicas de la zona fronteriza, que sirven de insumo para la elaboración de proyectos, planes y programas relacionados a la política pública.
Según Rosmery Pillajo, responsable de Cooperación Internacional de la Prefectura del Carchi, el hermanamiento Ecuador-Colombia se sustenta en la Resolución 00009, del 2011, del Consejo Nacional de Competencias, que entregó a los gobiernos autónomos descentralizados la facultad de gestionar ayuda internacional financiera y técnica.
Dentro de este esquema, explica, se intervino en un área de 6 500 hectáreas y se construyeron dos plantas para el tratamiento de agua, como parte del Plan Binacional para la Gestión Integral del Recurso Hídrico de las cuencas transfronterizas Carchi-Guaytara y Mira-Mataje, entre el 2017 y el 2018. En el sitio de influencia hay 437 691 habitantes.
El OBF ha permitido elaborar información que no existía, como determinar que el caudal medio del río Guaytara es de 7,55 litros/segundo. O que 22 resguardos de Colombia y 19 comunas de Ecuador recibían el impacto del agua contaminada.
Terán explica que uno de los primeros productos que diseñó el Observatorio fue la llamada Agenda de Desarrollo Binacional, que es la base para generar propuestas que pueden ejecutarse con dineros provenientes del Fondo Binacional. Sostiene que se cuenta con USD 8 millones, que son manejados por el BID.
Liliana Burbano, delegada de la Gobernación de Nariño, resalta la visión regional de desarrollo que se complementan con los servicios que hay a un lado y otro de la frontera. Uno de ellos es el aeropuerto de Ipiales, que sirve también a los pasajeros del Carchi.
En eso coincide Pillajo, quien asegura que muchas políticas para la frontera no funcionan porque se elaboran desde Quito y Bogotá.
Por eso, los planes binacionales que plantea el Hermanamiento Transfronterizo no coinciden con las propuestas elaboradas por la ex-Senplades y la Dirección Nacional de Planificación (DNP), de Colombia, porque están elaboradas para cada país, señala Terán.
El mes anterior, el OBF cumplió su segundo año de creación con un encuentro de cooperantes internacionales, que laboran en la llamada zona de integración fronteriza Ecuador-Colombia. Ahí manifestaron el interés en apoyar proyectos conjuntos relacionados a temas de ambiente, turismo y movilidad humana.