Un plan B para el bloque ITT está listo

Redacción Sociedad

Desde hace nueve meses el Gobierno tiene un plan B para  explotar petróleo en el Yasuní. Pese a que, por un lado, el Régimen insiste en que su prioridad es dejar los 846 millones de barriles crudo bajo el subsuelo del Yasuní, por otro maneja la alternativa de la extracción.

Esa segunda opción se evidencia en un  documento presentado por Petroecuador en el Círculo Militar, en Quito, en abril de 2009. Allí  se establece que se necesitarán invertir USD 3 500 millones en el desarrollo y producción del bloque Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT).

Además, se explotará en dos etapas: la primera -denominada de producción temprana- sería en el pozo Tiputini, de unos 33 millones de barriles. Los cuales  serán mezclados con el crudo liviano de Edén-Yuturi, para facilitar su transporte a Balao, en Esmeraldas, por medio del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). 

Se incluye un mapa en el cual se resalta que el destino final del crudo del ITT será la Refinería del Pacífico, en Manabí.

Pese a la  insistencia del Gobierno de que la Iniciativa Yasuní es la prioridad, según Esperanza Martínez, una de las impulsoras de la propuesta desde el grupo Acción Ecológica, el Presidente “dio más oxígeno a la segunda opción: extraer el crudo”.

Eso fue evidente, por ejemplo, en una reunión del Directorio de Petroecuador, en la que participaron el presidente Rafael Correa y el ex canciller Fander Falconí, el 1 de julio de 2008.

Con la resolución 044 se decidió que si hasta octubre de ese año no se concretaba la Iniciativa, se tengan listas las bases de licitación internacional y permisos ambientales para  explotar el ITT.

La Unidad ITT de Petroecuador avanzaba con el proceso. El 18 de marzo de 2007 se firmó un memorando de entendimiento entre Petroecuador, Sinopec de China, Enap de Chile y Petrobras de Brasil. En ocho cláusulas se estableció que  era “para el desarrollo y producción” de los campos del bloque ITT.

Tres meses después (el  5 de junio de 2007) el plan de conservación fue lanzado por Correa, en Carondelet. Oficializó la propuesta de  no extraer la reserva, a cambio de que  la comunidad  internacional aporte con, al menos, USD 3 500 millones.

Luego de seis días, Carlos Pareja Yanuzelli, entonces presidente ejecutivo de Petroecuador, solicitó a Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia, que se corrijan los límites de la Zona Intangible (de protección a los tagaeri y taromenane, en aislamiento voluntario). Lo hizo a través del oficio 269, “para que las plataformas existentes de los pozos Ishpingo 1 y 3 queden fuera de los límites de la Zona Intangible”.  Allí está prohibido todo tipo de actividad extractiva.
 
Siguiendo los lineamientos del Presidente,  hace dos años y seis meses tres equipos de negociadores, en distintos tiempos, difundieron y promocionaron la propuesta verde del Régimen.

Al principio fue liderado por el ex ministro de Minas y Petróleos, Alberto Acosta (uno de sus principales promotores) y luego la cabeza más visible fue el ex canciller Fander  Falconí. Incluso, la Cancillería asumió la vigilancia del Consejo Administrativo y Directivo  de la Iniciativa (CAD).

En julio de 2008 se armó otro grupo, que incorporó al ex alcalde de Quito  Roque Sevilla como presidente, al diplomático Fernando Carrión y a Yolanda Kakabadse como integrantes.

Tras desarrollar el concepto de la propuesta, el grupo emprendió la promoción en Europa y EE.UU. El presidente Correa encabezó una gira a Bélgica, en  noviembre de 2009. Esos viajes y promociones significaron para el país un gasto de, al menos, USD 1 millón. Además de los 300 000 euros de Alemania y USD 200 000 de España.

Con los meses la campaña surtió efecto. Según Sevilla, Alemania, España, Bélgica, Francia y Suecia se comprometieron a aportar USD 1 700 millones, por 13 años. Además, se escogió al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para administrar el fideicomiso, con el voto de tres funcionarios ecuatorianos y dos foráneos.

Paralelamente, los miembros del CAD se reunieron cuatro veces con Correa para informarle sobre los avances. La última cita fue el 10 de diciembre, antes del viaje a Copenhague. “Tras dos horas de explicaciones, él  lo aprobó”, aseguró Sevilla.

El sábado pasado, en medio del desconcierto de todo el equipo negociador, el presidente Correa dijo que la negociación era vergonzosa y que beneficiaba a los donantes. Las declaraciones generaron la renuncia del equipo y la salida del canciller Falconí, quien acaba de ser  declarado “traidor” por el Presidente.