La piscina vacía está rodeada por una estructura militar que fue levantada en 1815. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
En 1815 era un puesto militar y una especie de aduana de la entrada sur de la ciudad. Luego, la infraestructura construida por orden del general español Toribio Montes fue una bodega de armas que pasó de manos españolas a las fuerzas independentistas. En 1938 se convirtió en un espacio de piscinas públicas: El Complejo Deportivo de El Sena.
Pese a su valor histórico y arquitectónico, esta es ahora una infraestructura abandonada, cuyo deterioro es cada vez más notorio. De una de sus paredes cuelga un viejo letrero descolorido con una botella naranja. Apenas se puede leer “Fruit: Baños El Sena”. Se trata de un anuncio de la marca ecuatoriana de gaseosas.
Según Héctor López Molina, investigador histórico y autor del blog Los Ladrillos de Quito, la importancia de este complejo se basa en su naturaleza militar, pero también abarca otros ámbitos. En las dos piscinas de agua fría del complejo se formaron varios deportistas, entre ellos el nadador Galo Yépez. Su cancha de fútbol y su gimnasio también sirvieron para la formación del boxeador Jaime Valladares.
El desgastado enlucido deja ver el ladrillo de las paredes que tienen pintura amarillenta y blanca. Hay ventanas y puertas de madera apolilladas y algunas de ellas, tapiadas.
La Policía suele hacer patrullajes por la calle Ángel Polibio Chaves, a la que se sube desde la avenida Maldonado. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Hace más de 20 años, las piscinas fueron cerradas al público y con el desuso, llegó la lenta destrucción. Los alrededores de la piscina tienen huellas de humedad y en cada grieta crece una especie de musgo verde. En el 2010, el entonces alcalde Paco Moncayo quiso que el desaparecido Fonsal se encargara de su recuperación. Pero el Ministerio de Defensa, propietario de la infraestructura, no aceptó donarla.
Esta entidad tiene un plan para abrir las puertas a los ciudadanos a varias de sus propiedades, para que conozcan la historia militar. De hecho, recientemente, junto al Municipio de Quito inauguró el Paseo de La Recoleta, que comprendió un trabajo conjunto para remozar la avenida Maldonado, sus aceras y el parque frente al Ministerio de Defensa.
Pero ni el plan del 2010 ni el ofrecimiento del 2013, cuando ejerció la ministra María Fernanda Espinosa, se ejecutaron. Quedó incumplida la promesa de restaurar las Piscinas de El Sena, a pesar de que el Ministerio hizo el anuncio con un acto en las instalaciones del complejo, con la presencia del entonces vicealcalde Jorge Albán, en representación del alcalde Augusto Barrera.
La recuperación de las piscinas debía ser parte de un gran proyecto para embellecer este sector que se constituye en el límite entre el Centro Histórico y el sur de Quito.
Ahora, las puertas de hierro de ingreso a las piscinas, que se sujetan en blancas y altas columnas, están cerradas. Sin embargo, aún hay personas sin techo, consumidores de sustancias sujetas a fiscalización y estruchadores que corren y se albergan momentáneamente dentro de este complejo.
Según el subteniente Juan Carlos Yaguana, quien trabaja en la Unidad de Policía Comunitaria de San Sebastián, esos son los principales problemas de inseguridad en el sector.
Los uniformados suelen conversar con personas en situación de indigencia para pedirles que se retiren, pues así se evita que la edificación se convierta en una guarida. La indigencia y la delincuencia afectan no solo a la calle Ángel Polibio Chaves, donde está el complejo, sino a todo el sector.
Unos metros hacia arriba, cerca de la UPC (ubicada en la calle Antonio Borrero), Sebastián, de 15 años, fue asaltado por una persona que iba en motocicleta. El joven llegó aterrado a la casa en la que creció. Ahora siente temor cada vez que camina por la zona.
La administradora de la zona Manuela Sáenz, Anabel Vintimilla, explica que el Municipio ha enviado varios oficios al Ministerio de Defensa para que intervenga en esta edificación patrimonial, que es de importancia para la ciudad. Menciona que hace año y medio, El Sena formaba parte de la planificación de esa Cartera de Estado, pero todavía no se han visto los resultados.
Para Vintimilla, cuando se le da un uso a los inmuebles y se programa un proyecto de rehabilitación para ello, se puede generar una diferencia en el sector. “Si tienes un predio vacío en el que no funciona nada, evidentemente causa problemas de inseguridad”.