Solo tienen entre 4 y 7 años. Son los hijos de una pareja que apareció con heridas en su casa. El papá falleció y la mamá ahora está detenida para investigaciones por la muerte. Esta historia que ocurrió en Quito la presentó EL COMERCIO en su edición impresa de este 2 de noviembre.
Pero ¿qué pasa con los niños huérfanos tras muertes violentas de sus padres? Los sicoterapeutas dicen que los menores requieren no menos de dos meses de terapia para superar en algo esas escenas.
Además advierten que los niños son los más afectados emocionalmente, “sobre todo, si han sido testigos o han vivido en un entorno de violencia que termina con la muerte de uno o sus dos padres”. Precisamente, los familiares de los niños de 4 y 7 años dicen que ellos vieron todo la escena violenta.
Los psicólogos saben que en estos casos las secuelas principales son pesadillas, insomnio, irritabilidad, distracción y apatía. Las unidades fiscales de Violencia Intrafamiliar remiten a los hijos de las víctimas a centros donde se brinda terapia.
Según el Ministerio de Inclusión Económica y Social, hasta el 2013 existían en el país 60 centros de acogimiento para niños y adolescentes.
En este año, también en Quito, otros cuatro menores quedan huérfanos tras un cuádruple crimen en el norte. El sospechoso de las muertes habría llamado a la madre de la víctima para avisar lo que hizo. “Ahorita maté a tu hija y a tus dos nietas. Te quedaste sin ellas”, le habría dicho en 30 segundos que duró la comunicación. María Espinosa estaba en un taxi, por el sector de Ponciano, cuando recibió el mensaje. Empezó a llorar y pidió al conductor que la llevara al barrio La Josefina, en Carcelén, norte de Quito. Allí vivía su hija.
Cuando llegó, los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas y Secuestros (Dinased) ya estaban en el inmueble. Los uniformados encontraron a las pequeñas de 7 y 5 años tendidas en la cama. Tenían un corte profundo en sus cuellos.
Los policías dijeron que en la sala hallaron los cadáveres de otras dos mujeres, cuyos cuatro hijos ahora están al cuidado de otros familiares.