Vallas metálicas delimitan el área de demoliciones en el centro de Pedernales. Las excavadoras cumplen con su labor, luego de que las familias recuperen sus pertenencias. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Pedernales está cercada. En las esquinas del centro de la ciudad hay vallas metálicas que impiden el paso de vehículos y de personas. El polvo flota en el aire y el ruido de las maquinarias es ensordecedor. Desde anteayer, una decena de excavadoras demuelen las estructuras con riesgo de derrumbarse.
El cantón manabita es de los más golpeados por el terremoto. Más del 90% de los inmuebles colapsó y hubo 155 fallecidos. El trabajo de los operarios se inicia desde las primeras horas de la mañana y se extiende hasta las 17:00.
Leonardo Velásquez es uno de los obreros contratados para esta titánica tarea. “Esto va para largo”, decía el miércoles, día en que inició oficialmente la fase de remoción de escombros y de demolición.
Una de las primeras casas en ser tumbada fue la de la familia Sabando. El primer piso del inmueble quedó aplastado por los cimientos de las dos plantas superiores. Antes de que empezara la demolición, los Sabando ingresaron a la casa y recuperaron un armario, una refrigeradora y un par de sillas y mesas. Ya ayer, poco antes del mediodía, en el terreno donde se levantaba la vivienda solo había montañas de escombros. A los operarios les tomó un día derribar la estructura.
El doctor Francisco Navarrete alquilaba el local que funcionaba en el primer piso de la casa de los Sabando. Llegó hace un año a Pedernales. Con el dinero de la jubilación instaló un centro de especialidades médicas. Él está vivo de milagro. El 16 de abril, Navarrete y un grupo de oftalmólogos atendieron a decenas de usuarios. Cerraron el consultorio a las 18:00 y partieron hacia Cojimíes, a 35 kilómetros de Pedernales, para cenar. Una hora después, el terremoto sacudió la tierra y el consultorio quedó sepultado. Ayer solo pudo recuperar escasos equipos de trabajo.
El coronel Gonzalo Cordero, director de operaciones del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, explicó a EL COMERCIO que del primer análisis identificaron 1 158 viviendas colapsadas. “Ese número irá variando”, aclaró el oficial. En estos primeros días, los operarios darán prioridad a 24 edificios con mayor riesgo de caerse.
Demoliciones en Pedernales
El miércoles 27 de abril se demolió la primera casa en Pedernales, Manabí. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Este miércoles 27 de abril se demolió la primera casa en Pedernales, Manabí. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Personal del Municipio de Pedernales recupera computadores y otros elementos de oficina de instalaciones en riesgo. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Las tareas de demolición comenzaron en Pedernales. Algunas personas han optado por recuperar objetos que han quedado entre los escombros. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
En la ciudad de Pedernales empezaron las demoliciones. La familia Sabando recupera lo poco que les queda. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Los militares custodiaron el centro de Pedernales, ante el anuncio del inicio de la demolición del 70% de la infraestrutura en esa ciudad manabita, después del terremoto. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Este miércoles 27 de abril se demolió la primera casa en Pedernales, Manabí, después del terremoto de 7.8 grados que sacudió el país el pasado 16 de abril del 2016. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Este miércoles 27 de abril se demolió la primera casa en Pedernales, Manabí, después del terremoto de 7.8 grados que sacudió el país el pasado 16 de abril del 2016. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, junto con una delegación de técnicos de Gran Bretaña y autoridades locales coordinan la fase de demolición. Los expertos británicos llegaron el martes último a Pedernales y desde ese día recorren sectores de la ciudad, estudian las estructuras y colocan carteles en las fachadas.
En los inmuebles más afectados, los expertos pegan una advertencia que alerta sobre el riesgo de colapso. En otros, en cambio, exhiben un aviso con el mensaje ‘uso restringido’.
En la casa de Francisco Moreira, los británicos colocaron ese último cartel. Su vivienda, de tipo mixto, no sufrió mayores daños y solo le recomendaron que la desaloje cuando los operarios demuelan el edificio de al lado, que sí tiene graves afectaciones.
Anna Pavan, quien integra la delegación británica, dijo a este Diario que “hay muchas preguntas sobre los materiales empleados. La arena utilizada parece ser arena de mar. Eso incidió en la caída de los inmuebles. Y muchos (eran) edificios irregulares. Plantas con muros que luego se transformaron en plantas con columnas”.
Las excavadoras hacen un trabajo enorme: con el brazo mecánico van golpeando los bloques de cemento de las estructuras. Cada edificio tiene su particularidad. No hay tiempos estimados de duración de las demoliciones.
Ingentes pérdidas
A USD 800 millones ascenderían las pérdidas aseguradas por la compañía estatal Seguros Sucre, según un informe preliminar de José Luis Romo, gerente general de la firma.
Esto lo indicó durante su comparecencia, vía Skype, en la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea, realizada ayer. El valor correspondiente a indeminizaciones, que significa el valor que tendrá que pagar la aseguradora por la destrucción o daños del inmueble aún no se cuantifica debido a que se están realizando evaluaciones sobre los bienes afectados en el terremoto.
El ejecutivo acudió al organismo legislativo, en el marco de la discusión de la Ley Solidaria y de Corresponsabilidad Ciudadana por la Afectaciones del Terremoto, remitida por el Ejecutivo con el carácter económico urgente.
Romo detalló que el Banco del Afiliado (Biess), el Banco del Pacífico y otras entidades públicas contrataron pólizas con esta aseguradora para cubrir siniestros como el ocurrido el sábado 16 de abril.
En tanto, el miércoles Carlos Sandoval, presidente de la Asociación Nacional de Corredores de Seguros del Ecuador, dijo que las indemnizaciones que las compañías de seguros privadas (no incluye a las estatales Sucre y Rocafuerte) tendrían que desembolsar por los daños en casas, vehículos, o pólizas de vida o asistencia médica USD 350 millones.