Redacción Cuenca
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La presencia de Tito Palma, viceministro de Trabajo, agilitó el diálogo en el conflicto que se registra desde hace 15 días en la Compañía Ecuatoriana del Caucho (Erco), en Cuenca.
El escenario para una solución es posible luego de tres reuniones. Una con los empleadores y otra con los 453 miembros del Comité de Empresa de Erco, quienes hace dos semanas se tomaron las instalaciones de la planta industrial y paralizaron la producción. La tercera reunión fue con ambas partes en conflicto.
Para Darwin Zabala, vicepresidente de Finanzas de Erco, la presencia mediadora de Palma permitió generar un diálogo con el Comité de Empresa, el cual estaba muerto. “El Viceministro está de acuerdo con nosotros en que la medida debe ser depuesta para poder alcanzar algún acuerdo”.
La parte medular del pliego de cinco peticiones, por el que empezó la huelga, tiene relación con el retiro del Sistema Integrado de Manufactura (SIM), que monitorea el tiempo que trabaja la maquinaria que opera el empleado .
El Comité de Empresa asegura que este es un sistema que genera presión excesiva en la jornada laboral. Aseguran que el final del mes, los tiempos que acumuló el Sistema, pese a que la máquina estuvo detenida, son descontados del pago del trabajador.
Para Zabala, este Sistema no afecta en ningún momento la remuneración de los trabajadores. “Se están haciendo peritajes para determinar si hay alguna conexión con el sistema de remuneración variable y el SIM”.
Patricio Ortiz, abogado del Comité de Empresa Erco, dice que la propuesta de que se retire el SIM fue analizada por Palma. “La idea es conversar sobre este sistema y delimitarlo para que no afecte ni a la salud ni a la remuneración”.
Hasta ahora no hay acuerdos concretos, pero las partes involucradas en el conflicto reconocen que se dieron los primeros pasos para llegar a acuerdos.
Según Palma, la actitud de las dos partes en las reuniones de diálogo creó un ambiente donde se pueden generar acuerdos.
Sobre el SIM, el funcionario del Ministerio de Trabajo asegura que el problema generado se debe a una falta de comunicación entre empleados y empleadores. “El sistema no tiene nada que ver con el pago a los empleados”.
Él asegura que como mediador del conflicto propuso que el sistema debe socializarse para determinar con exactitud su función.
Erco emitió ayer un comunicado donde señala que la empresa trabaja con este sistema desde hace más de 10 años. Se aplica a los
procesos conocidos como ‘mixer’ y extrusión. La empresa mostró su preocupación porque si se deja de producir llantas se convertiría en una comercializadora.