Con 14 infectados, Azuay se mantiene como la segunda provincia del país con más casos de la viruela del mono. Le supera Guayas, con 17 casos. Esto preocupa a muchos padres de la Sierra y Amazonía, porque sus hijos vuelven el 1 de septiembre a las aulas. Según el rastreo epidemiológico, los primeros casos registrados fueron importados: cinco tienen antecedentes de visita a la Costa y uno al Perú, país vecino del sur, que hasta el 31 de agosto se reportó más de 1 500 contagios.
La gente va y viene de estos territorios por intercambio comercial, trabajo y, en los últimos dos meses, por las vacaciones escolares, explicó Julio Molina, director del Consejo Cantonal de Salud de Cuenca. Ese desplazamiento normal incidió en los contagios, pero hay que evitar el pánico social en este retorno a las actividades educativas, añadió Molina. “Es una enfermedad benigna, sin alta letalidad y con bajo control epidemiológico”.
Hasta el 31 de agosto, el Ministerio de Salud Pública (MSP) registró 51 pacientes con la viruela en el país, desde el pasado 6 de julio, cuando se confirmó el primer caso. 16 de ellos fueron reportados en la última semana. En Azuay hay otros cuatro casos sospechosos y más de 20 en observación. De los confirmados, 11 son de Cuenca y tres de Pucará, uno de los cantones más alejados de la provincia y con alta población indígena. El rango de edad de estos pacientes está entre 25 y 45 años y el 80% hombres.
Pero todos están aislados y sin complicaciones, informó Molina. No hay menores de edad. A la cuencana Fátima Rosales le preocupa que ocurra un brote y que se propaguen en la escuela donde estudia su niña, de 9 años. Ella inicia el 2 de septiembre, de forma presencial, el año académico y tiene poca información sobre la enfermedad.
Instructivo para considerar
El Ministerio de Educación (ME) emitió una guía con las medidas preventivas para las instituciones educativas, docentes, alumnos y padres de familia. El objetivo es que estén informados y evitar los contagios. La principal recomendación es que, ante la presencia de síntomas, no asistan a la institución educativa. Esto es dolor de cabeza, muscular o de espalda, erupciones en la piel (brazos, manos, tórax, genitales), malestar general o fiebre.
Enseguida deben asistir al centro de salud más cercano para la valoración médica y notificar a la autoridad del plantel sobre la sospecha del virus. En caso de resultar positiva la evaluación, el director o rector deberá reportar el caso a la Dirección Distrital de Educación. El infectólogo Carlos Saldaña aclaró que esta enfermedad no se transmite por el contacto cotidiano, sino por el tacto frecuente piel con piel. “Hay que reducir el estigma asociado a la viruela del mono y mantener la tranquilidad”.
Los epidemiólogos identifican tres niveles de contagios. Un riesgo alto por el contacto cercano e íntimo con otra persona contagiada. Esto implica las relaciones sexuales, abrazar, besar o compartir vajilla y utensilios. Hay un riesgo medio por las partículas respiratorias o por el contacto cara a cara que conlleva la proximidad. Por ejemplo, asistir a un recinto repleto de personas, entre ellas contagiadas, eleva los peligros.
Un riesgo bajo y poco probable de que contraiga el virus es probándose ropa en una tienda o tocando superficies no porosas, como manijas de puertas. Además, viajando en transporte público, yendo a estudiar o trabajar. La recomendación de Saldaña coincide con la del ME. Cualquier persona infectada debe mantener en todo momento las medidas de autocuidado e higiene como el uso de la mascarilla.