Los padres también asumen solos la crianza de sus hijos

Álex, padre de Federico, comparte tiernos momentos con su único hijo. Foto: cortesía Alex Remache

Álex, padre de Federico, comparte tiernos momentos con su único hijo. Foto: cortesía Alex Remache

En la U. Andina, donde trabaja Alex Remache, Federico es muy querido por todos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

El rostro de Álex Remache pasa fácilmente de la seriedad -que a veces trae la nostalgia- a la tierna sonrisa, cuando habla de Federico. No logra borrar de su mente que la primera palabra que pronunció su único hijo fue papá. Escucharlo en esa ocasión fue alucinante.

El Director General Académico de la Universidad Andina Simón Bolívar, de 60 años, comparte el recuerdo y no para de reír. Una vez -dice- fingió estar dormido y oyó al entonces bebé repetir papá, papá, papááá, en diversos tonos.

Federico ahora tiene 20 años y desde los 5, Remache se ha encargado de su crianza, en un acuerdo con su mamá.

Álex estudió una maestría en Economía y políticas sociales en Argentina. Allá se enamoró, se casó, tuvieron al niño y luego de una temporada en Ecuador, vino el divorcio.

En el país, el Día del Padre se celebra este domingo 16 de junio del 2019. Pero varios hombres como el catedrático Álex Remache no solo son festejados en esta fecha. Sin avergonzarse, cuenta que sus amigas lo suman a la conmemoración del Día de la Madre, por el papel de cuidado que ejerce.

Álex, padre de Federico, comparte tiernos momentos con su único hijo. Foto: cortesía Alex Remache

La socióloga Miriam Ernest anota que en el país las historias de padres totalmente a cargo del cuidado de sus hijos son “una aguja en un pajar”. Por lo que -cree- hace falta trabajar más para que se deje de pensar que es la madre quien, por dar de lactar, por ejemplo, debe hacerse cargo de la crianza, desde el nacimiento.

Dos conciben a un hijo, por tanto, dos -recalca Ernest- deben ser los responsables de esa nueva vida. Cuando se halla a un padre a cargo de su hijo se tiende a compadecerlo, se piensa “qué mala madre”.

“Pero lamentablemente, los casos de abandono del padre están naturalizados”, comenta y pide revisar lo que pasa con los juicios de alimentos; “las madres deben llegar a esas instancias para asegurar la corresponsabilidad de padres”.

No es el caso de Mauricio Zúñiga, otro hombre, que va en contra del estereotipo, de que el papá que no está casado con la mamá, solo saca de paseo al hijo el fin de semana y adiós.

En este mes cumplió 31 y su hijo Haidar, en septiembre, llegará a los 13. Desde los 9 lo cría solo. Cuando el niño tenía 6 años se quedó seis meses a vivir con su padre Mauricio, debido a que su madre se casó y se mudó a vivir en la Amazonía. El pequeño había comenzado el año escolar y no querían interrumpir sus estudios.

Esa temporada juntos se unieron más. Así que cuando finalizaron las clases y Haidar tuvo que viajar a El Coca, ambos sufrieron mucho, hasta el 2016, cuando el niño volvió a Quito, con dos hermanas de parte de su mamá.

Haidar cursaba el sexto de básica y el padre debía pasar de urgencia por él para llevarlo al médico, ante aparentes dolores. Lo extraño era que casi nunca le detectaban nada. Un día, el doctor le pidió a Mauricio hablar con el niño, que confesó que fingía una enfermedad para tenerlo cerca.

Entonces Mauricio Zúñiga se decidió a hablar con la mamá de su hijo y con sus abuelos. Les comentó que Haidar quería vivir con él. La madre lloró, pero aceptó al ver la insistencia de su niño. La visita los fines de semana y cuando desea.

Mauricio Zúñiga acompaña a su hijo Haidar Alexander a jugar partidos en una liga. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

De lunes a viernes, sus días empiezan a las 05:00. Haidar levanta a Mauricio para que le prepare el desayuno: huevos revueltos y batido de plátano. Cuando vuelve del colegio, su padre calienta el almuerzo. Luego el niño lava los platos, descansa y hace deberes.

“Al despedirnos le pido que se ponga pilas en las clases, en especial en Lengua. Él me dice ‘abachito’ (abracito) y me repite que me ama”, cuenta Zúñiga, relator deportivo de Radio Vigía, que siente que volvió a nacer en enero, cuando tuvo un trasplante de riñón, en el Hospital Carlos Andrade Marín.

El profesor y directivo de la Andina, Álex Remache, cree que su relación tan cercana con Federico se debe a un antecedente. “Mi padre se esfumó cuando nací y lo conocí de viejo. Eso quizá me generó afectos y responsabilidades paternales exacerbados”.

Federico, en temporadas que duran hasta un año, viaja a ver a su madre, en Argentina. Pero Álex siempre está pendiente, le recuerda que debe tomar una medicina por su trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Esa dedicación de Remache hacia su hijo ha influido en sus relaciones amorosas. Les debe pasar lo mismo -sostiene- a las madres solteras. “Por más buena onda que haya de la mujer, siento que les parece complicado que concentre mi energía en Federico”. Apunta que con su actual pareja, el apoyo es mutuo; ella es madre.

La exlegisladora Ximena Ponce propuso en el 2016 una Ley de Licencias y permisos para varones y mujeres. Buscaba que haya equilibrio entre padres y madres y que se valore más el trabajo de cuidado. Pero es un tema estructural, los colegios -dice- dirigen las convocatorias a las mamás, como si fueran las únicas que pueden o deben estar a cargo.

“No solo las mujeres podemos encargarnos de criar a los hijos”, reflexiona la abuela de Alma, fruto del amor de Daniel y Juan Carlos, pareja del mismo sexo. A Martha, de 73, no le sorprende que su hijo y su yerno hayan asumido sin líos la paternidad, sin apoyo de una figura femenina. Ambos crecieron sabiendo que no hay tareas para hombres y mujeres.

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