Entrevista a Pablo Sanguinetti vicepresidente de Conocimiento de CAF
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros multilaterales han previsto un bajo crecimiento en la región para este y el siguiente año. ¿Cómo está respondiendo América Latina a ese escenario?
Es una situación difícil. Después del superciclo de los ‘commodities’, que se comenzó a observar a partir del 2014, cayeron los precios de las materias primas y eso generó pérdida de ingreso fiscal y de actividad económica. Sin embargo, la región pudo sobrevivir bastante mejor a este escenario que en el pasado, porque ahora hay instituciones económicas más serias que en el pasado; como bancos centrales dando un mayor seguimiento, Gobiernos preocupados por la consolidación fiscal, objetivos de inflación. Por ello, el crecimiento se desaceleró, pero no generó crisis macroeconómicas tan profundas como en el pasado -con sus excepciones-. Si bien la región está creciendo menos, ha reaccionado mejor a estos ‘shocks’.
Pero esos índices parecen no ser suficientes para generar mayor bienestar en la región.
Claramente está aún el desafío de crecer a tasas más altas, pero los precios no ayudan. Entonces, ahí hay un reto de agenda pública muy asociado a temas de productividad.
Entonces, ¿por qué las brechas de inequidad son tan grandes?
Esta discusión ha surgido desde los episodios en Chile, principalmente, pero hay que ser cuidadosos con los análisis. La región hasta hace poco bajó las cifras de pobreza. Los indicadores de desigualdad se redujeron, no tan fuerte como los de pobreza, pero también bajaron. Hay mucho mejor acceso a servicios públicos como a la educación… la gente ya está terminando la escuela; el acceso a la secundaria está casi en un 80%. Hay fuerte acceso a la educación terciaria (universidad).
¿Entonces, qué hay detrás del malestar?
Puede ser que las familias no se vean totalmente satisfechas con esos servicios. Por ejemplo, hay acceso a educación universitaria para más estratos de la sociedad. Los jóvenes de esos hogares pueden ir a la universidad y tienen título, pero no encuentran empleo o si lo hallan, el salario no es tan alto. También puede darse que la calidad de la universidad no es tan buena o hay mucha discriminación; en algunos países hay cinco o seis universidades privadas que generan educación de calidad y para la gente de clase media es difícil acceder a esos centros. Por eso, el fenómeno de las protestas hay que entenderlo mejor.
¿Por qué las políticas distributivas en algunos países no han sido solución?
En muchas naciones hay este tipo de políticas, que tienen trasferencias estatales a familias desfavorecidas o aportes para jubilaciones. No es que los países no han hecho esfuerzos, sino que a veces no tienen ingresos fiscales. Esas políticas se dan en un contexto de crecimiento. Puede pasar que, aunque en algunos países crecieron bastante, la política social no generó tanta redistribución como ya debía haber generado, y ahí podemos tener el caso de Chile. Pero otros países no se pueden dar el lujo de tener un estado de bienestar tan amplio porque no tienen ingresos fiscales. Hay corrupción.
¿Cómo se resuelve el tema de la desigualdad?
Generando empleo de calidad y luchando contra la informalidad.
La región tiene altas tasas de emprendimiento. Eso también es generar empleo, ¿o no?
Muchas veces son emprendimientos que no llegan a convertirse en empresas, son de subsistencia y surgen ante la falta de la creación de empleo formal. La gente no reúne condiciones empresariales y prefiere ser empleado, pero como las empresas no crean empleo formal, entonces crean su propio negocio. No es que eso esté mal, sino que esas iniciativas se generan para mantener o solventar una situación de vulnerabilidad, lo ideal sería que se conviertan a empresas. Algunos de esos emprendedores pueden tener características de empresarios, pero no es el 100%. Los negocios deberían ampliarse a empresas formales, eso es lo que necesita la región. Ese emprendimiento es lo que se llama o se conoce como informalidad escondida.
Entonces, ¿cómo se puede generar empleo formal en América Latina?
Hay que mejorar la asignación de recursos para productividad y hacer que las empresas privadas crezcan, se fortalezcan y generen empleo formal. Nosotros trabajamos sobre este tema en el 2018. Es una agenda que va a tomar más tiempo, porque es más difícil.
¿Esta agenda es un tema que debe ser trabajado por los gobiernos? ¿O quiénes deberían ser parte de esa agenda?
No es solo un tema del Gobierno, hay que trabajar con municipios y otros gobiernos subnacionales, cámaras empresariales, sindicatos de trabajadores. Entonces, atender este problema en la región requiere de políticas públicas más micro, las cuales toman un tiempo implementarlas y que aún no hay un consenso sobre qué hacer.
Formación.
Ph.D. en Economía en la Universidad de California. Máster en Economía por el mismo centro. Máster en Economía del Instituto Torcuato Di Tella (Argentina). Profesor de Economía en esa institución.
Experiencia.
Ha sido investigador y profesor visitante en la Universidad de New México, de la Universidad de Texas (A&M) y otros centros. Actualmente es Vicepresidente de Conocimiento de CAF, banco
de desarrollo de América Latina.