Kabul. ANSA y AFP
Al menos 90 personas, entre civiles y talibanes, murieron ayer en un bombardeo de fuerzas de la OTAN contra dos camiones cisterna que habían sido secuestrados por milicianos en el norte de Afganistán.
La Casa Blanca se declaró “muy preocupada” ante la posibilidad de que civiles hayan muerto en el ataque, aunque dijo que esperará los resultados de la investigación. En tanto, Gran Bretaña reclamó una “investigación en profundidad” .
Por su parte, el presidente afgano, Hamid Karzai, advirtió tras el ataque de la OTAN que “golpear civiles, de cualquier modo, es inaceptable en toda circunstancia” . El Mandatario expresó sus condolencias por las muertes en un comunicado difundido por la oficina de la Presidencia y “subrayó el hecho de que civiles inocentes no deberían morir o resultar heridos en el curso de las operaciones militares” .
El ataque fue lanzado cuando numerosos habitantes se proveían de combustible, por lo cual se calcula que pueden ser muchas las víctimas civiles.
El jefe de Policía, Baryalai Basharyar Parwani, señaló que los camiones secuestrados por los talibanes quedaron varados en el lecho de un río y que había civiles llevando parte del combustible cuando se produjo el ataque.
Medios afganos publicaron testimonios de testigos que refirieron haber visto “pedazos de cadáveres carbonizados esparcidos por todas partes” y escuchado “los gritos de desesperación de las personas quemadas”, que fueron transportadas horas después a distintos hospitales de la provincia de Kunduz, fronteriza con Tayikistán.
El gobernador de Kunduz, Mohammad Omar, anotó que “solo la mitad de las víctimas mortales son talibanes” y consideró que puede haber jefes de milicias entre los muertos.
En tanto, el jefe de la Policía provincial, Abdul Razzaq Yaqubi, indicó que 55 de los muertos “eran rebeldes” . El bombardeo fue lanzado siete kilómetros al sudoeste de la ciudad de Kunduz.
Una vocera de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Kabul, capitán Elizabeth Matthias, sostuvo que los camiones cisterna fueron localizados sobre el río Kunduz. Agregó que tras la localización, militares del contingente alemán de la fuerza internacional pidieron una intervención aérea, y que comandantes locales ordenaron un ataque en el cual fueron destruidos los vehículos.
Según el comandante regional de la OTAN, en el momento en que se pidió el ataque solo había milicianos talibanes -decenas de ellos- en torno a los camiones. A la solicitud alemana de intervención, respondió un avión caza F-15 estadounidense que disparó contra los camiones, haciéndolos estallar.
Tras el ataque, la OTAN había informado de 56 muertos, todos talibanes, aunque en las horas siguientes admitió que hay “muchos civiles muertos y heridos” .