Isabel dos Santos es la mujer más rica de África e integra la lista de las personas más adineradas de ese continente. Es la hija ‘favorita’ del presidente de Angola, José Eduardo dos Santos.
La revista especializada Forbes, en diversas publicaciones, ha cifrado la fortuna personal del Mandatario angoleño en USD
20 000 millones. La de su hija asciende a USD 3 294 millones.
Ambos montos multimillonarios resultan escandalosos en particular cuando, según los datos del Banco Mundial, el 54% de los 24,3 millones de habitantes del país del sur de África vive en situación de extrema pobreza. Asimismo, cerca de los dos tercios de residentes de Luanda, la capital, sobreviven con menos de USD 2 diarios, conforme publicara el diario británico The Guardian. Además, la esperanza de vida es de apenas 52 años.
Dos Santos, un ingeniero de 71 años que obtuvo su diploma en la ex República soviética de Azerbaiyán, ‘se atornilló’ en el poder en 1979. Desde entonces, su figura ha estado rodeada por los cuestionamientos. Los más reiterados se refieren a casos de presunta corrupción y al hecho de que controla sectores claves de la economía y de las finanzas del país, junto al círculo de sus amigos y de jefes militares muy leales, ha señalado The Guardian. En 36 años se han realizado solo tres elecciones (en 1979, 1992 y 2012), que ha ganado ampliamente.
¿Qué otros datos dan cuenta de las credenciales non sanctas de Dos Santos? Transparencia Internacional ubicó a Angola en el lugar 153 (entre 177 Estados) en el índice de percepción de corrupción (2013). Amnistía Internacional, en su reporte del 2014, sintetiza las agresiones a periodistas que informaban sobre violaciones de los DD.HH.
Hay un caso emblemático: Rafael Marques, periodista y activista, afrontó una demanda por USD 1,2 millones y pudo ser condenado a prisión por los cargos de “calumnia criminal” presentados en su contra por la Presidencia angoleña. El proceso se inició tras la publicación en Portugal del libro ‘Diamantes de sangre: Tortura y corrupción en Angola’. La Justicia retiró los cargos hace cinco días, luego de que Marques se comprometiera a no volver a publicar el controversial volumen.
Por lo señalado, el país gobernado durante 36 años por Dos Santos no es un buen ejemplo de (casi) nada. O quizás sí.