En zonas con más casos de covid-19 en Quito se realizó este 17 de julio del 2020 un operativo de control. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
Un mega operativo interinstitucional se desplegó la mañana de este viernes 17 de julio del 2020 en las zonas de Quito con mayor número de casos de covid-19: Chillogallo, Guamaní, Centro Histórico, Belisario Quevedo, Calderón, La Magdalena y Cotocollao.
La medida fue adoptada por las autoridades porque se ha detectado un relajamiento sostenido de parte de la gente e irrespeto a las normas de bioseguridad para evitar la expansión del coronavirus. A esto se suma el constante incremento de casos. Según el último reporte del COE provincial, en Quito existen 10 386 casos positivos y 555 fallecidos.
En la intervención participaron más de 600 uniformados de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y personal de la Intendencia de Pichincha, así como de las agencias metropolitanas de Control (AMC) y Tránsito (AMT). En las afueras del mercado de Guamaní, en el sur, un militar tomó un megáfono y alertó a los transeúntes sobre los riesgos del coronavirus. “El uso de la mascarilla es obligatorio, tiene que mantener una distancia de dos metros y así evitaremos la propagación del coronavirus”, les decía a los peatones y mercaderes.
Este 17 de julio del 2020 se verificó que las personas no se aglomeren y que cumplan con el distanciamiento social. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
Estefanía Grunauer, supervisora general de la AMC, informó que en los operativos interinstitucionales cada entidad actúa de acuerdo a sus competencias y al final de la jornada se conocerán los resultados. “Ayer hubo una reunión con el COE nacional y se expusieron las estadísticas y se identificó a las zonas con mayores problemas y contagios”.
Hoy se vigiló el uso de mascarillas, el cumplimiento de los distanciamientos y que no se generen aglomeraciones derivadas de las actividades económicas en el espacio público. Asimismo, los agentes civiles de tránsito revisaban la documentación de los conductores.
Como parte del operativo se planificó que brigadas de policías intervengan en Calderón, Chillogallo y Belisario Quevedo, mientras que el Ejército estuvo en Cotocollao y Guamaní. Personal del Municipio trabajó en el Centro Histórico y La Magdalena.
Con un megáfono, un militar alertaba a los transeúntes de los riesgos del covid-19. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
El coronel Carlos Blanco, director nacional de Seguridad Pública de la Policía Nacional, indicó que esa división se calculó de acuerdo con la capacidad logística y de movilización de cada entidad. “Tenemos al personal de las UPC de diferentes distritos para informar en dónde hay aglomeraciones, así como información de los diferentes grupos de reacción”.
Apenas llegaron las fuerzas del orden, los comerciantes informales huyeron con sus productos. Rápidamente tomaban las bolsas con frutas, hortalizas y verduras para guardarlas en sacos de yute y escapar. Quienes vendían papel higiénico y utensilios de limpieza corrieron asustados; pensaron que les iban a quitar la mercadería y se iban con dirección a las calles transversales.
“Nos perjudican porque no vendemos y luego no tenemos qué comer. En mi casa respetamos la cuarentena, pero los alimentos comenzaron a escasear y nos tocó salir a trabajar”, dijo David Toaquiza.
En la intervención participaron más de 600 uniformados de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y personal de la Intendencia de Pichincha, así como de las agencias metropolitanas de Control (AMC) y Tránsito (AMT). Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Efraín Villa expende dulces y aseguró que las autoridades no les ayudan. “Necesitamos mantener a nuestros familiares. Antes de salir a laborar, yo tomo ajo y jengibre para protegerme”. Ambos comerciantes indicaron que volverán a salir a las calles una vez que la intervención concluya y se retiren los uniformados.
En la zona de Nueva Aurora, parroquia de Guamaní, los autónomos no regularizados se escondieron al sentir la presencia de los soldados. Guardaban los carros con mercadería en los garajes. Otros se alejaban rápidamente de la vía principal.
Quienes expendían zapatos o ropa levantaban las cosas del piso. La comerciante Silvia Cayambe dijo que los operativos le perjudican. “No tenemos para comer, debo cuatro meses de renta. El dueño de casa quiere que me vaya. Ahora nos persiguen”. Le da miedo enfermarse de covid-19, pero no tiene otra opción. “Las autoridades hablan de ayudas y nunca llegan”.
Fernando Aguiar comercializaba forros para volantes de vehículos. También debe cuatro meses de renta y le piden el departamento. Se ha inscrito por Internet para recibir raciones de comida, pero no ha recibido respuestas.
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