Lesiones permanentes por protestas en Ecuador; ¿cuán grave es que una persona pierda uno de sus ojos?

Perdieron un ojo, afectados en el contexto de las protestas de octubre del 2019 en Ecuador. Foto: EL COMERCIO

Historias de jóvenes, con apenas 20 y 27 años, también de adultos de 42, a quienes de pronto les cambió la vida el décimo mes del 2019, se han contado en EL COMERCIO. En el contexto de las protestas en contra de las medidas económicas, del 3 al 13 de octubre, personas perdieron un ojo, no solo manifestantes, también personas que realizaban acciones por la paz, un uniformado. ¿Por qué?
Marcia Salazar, oftalmóloga y profesora de la Universidad Central, señala que el ojo es una esfera flexible, maleable, que puede cambiar de forma cuando lo presionamos. Por ello, si un objeto contundente, por ejemplo una bomba lacrimógena, impacta sobre él, se produce algo parecido a una explosión en su interior y se rompe.
En Hong Kong, en agosto, manifestantes llevaban parches o vendajes sobre su ojo derecho. Eso se convirtió en un símbolo. Con el eslogan 'Ojo por ojo' se criticó el uso de la fuerza por parte de la Policía de ese país. De esa forma se rindió homenaje a una mujer que fue gravemente herida, con una bolsa de balas disparada por un uniformado, a pocos metros de distancia. Se trató de una profesional de la salud, según informó un periódico chino (Ming Pao), sufrió un impacto en su globo ocular derecho, su párpado quedó roto.
La oftalmóloga Salazar subraya que el rostro es la parte más vulnerable de una persona en medio de una acción violenta. Por eso el ojo puede romperse como si se tratara de un globo de agua, ante el impacto de un objeto contundente. La cavidad orbitaria se queda prácticamente sin ningún contenido, sin restos.
Entonces, lo único que queda es limpiar, para evitar infecciones. También, en algunos casos, es posible realizar una reconstrucción, para evitar la destrucción o deformación de esa cavidad. Aunque con el desprendimiento y afectación de la retina lo más seguro es que se pierda la visión.
¿Qué tan grave es que una persona pierda uno de sus ojos?
Salazar responde que muy grave, ya que el ser humano requiere los dos ojos en su cotidianidad. Cada uno le permite tener el 50% de la visión. Son dos imágenes al mismo tiempo que se superponen, que se observan con los ojos. Van al cerebro y permiten tener una visión en largo, ancho y profundidad.
Al perder un ojo se reduce la capacidad de ver en profundidad. Se dificultará por ejemplo el subir y bajar gradas y el ejercicio de ciertas profesiones, que impliquen por ejemplo, observar un microscopio. Pero se aprende a vivir con ello.

"Ambos ojos permiten que la persona tenga un campo visual de 180 grados. Al perder un ojo, señala, la capacidad es limitada. Se hace complejo manejar. Se produce una discapacidad".
La doctora Marcia Salazar dice que por razones estéticas, se busca a través de cirugía, mantener el espacio del globo ocular, colocar una prótesis. Y se recomienda a las víctimas utilizar gafas protectoras, fabricadas con un material con el que se hacen escudos antibalas, para garantizar que el ojo sano pueda resistir golpes o traumatismos. No hay la opción de hacer un trasplante de ojo ni de contar con prótesis artificiales que permitan recuperar la visión perdida.
Una persona puede perder su ojo por traumatismos penetrantes o perforantes del ojo, no reparables, por ejemplo cortes o estallidos oculares, en donde se pierde gran contenido. También luego de varias cirugías oculares de retina o por glaucoma; también en caso de tumores.
Jhajaira Urresta, 27 años

Jhajaira Urresta, madre de familia, perdió la visión en el ojo izquierdo en el cacerolazo por la paz el sábado 12 de octubre del 2019 en La Tola, en Quito. “Yo salí de mi casa con una olla y una cuchara de palo a la av. Oriental (Velasco Ibarra). Había niños, niñas, adultos mayores, queríamos paz, teníamos hambre, que la situación parase. Nueve y veinte de la noche viene un camión con policía antimotines y comienza a lanzar bombas sin criterio. Yo boté la olla y la cuchara, alcé los brazos y dije 'no más'. A una distancia de tres metros, un policía me quedó viendo con una ira terrible, apuntó y disparó la bomba lacrimógena que se incrustó en mi ojo”.
Lea aquí la historia de Jhajaira Urresta.
Luis Tipantuña, 29 años

Luis Tipantuña perdió el ojo por una bomba lacrimógena en el primer día de protestas, el jueves 3 de octubre del 2019, en San Blas, centro de Quito. “Estaba detrás de un árbol tratando de cubrirme, porque lanzaban bombas al cuerpo, cuando vi que un policía que estaba apuntándome a unos 10 metros: me dispara de frente ocasionándome la pérdida de mi ojo derecho. Yo quedé desempleado, se me ha hecho imposible conseguir un trabajo, a pesar de que estoy culminando mi carrera en Derecho. Tengo mi mamá que es ama de casa, tengo un hermano que es un niño especial. Todo ese cúmulo de cosas a uno le hace reaccionar como ciudadano”.
Lea aquí la historia de Luis Tipantuña.
Pablo Uquillas, 20 años

Pablo Josué Uquillas Coba fue herido por una bomba lacrimógena durante las manifestaciones el miércoles 9 de octubre del 2019 en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de Quito. El joven tenía récords en competencias de Muay Thai (boxeo tailandés), MMA (artes marciales mixtas) y shotoo japonés. “Fui impactado completamente en mi ojo derecho con un proyectil y se me desprendió en ese mismo instante. Llegué al hospital totalmente afectado. La bomba pasó rozando mi ojo izquierdo y las chispas afectaron al lente cristalino. Ahora tengo una pérdida total del ojo derecho y el 80% de pérdida en el ojo izquierdo”.
Lea aquí la historia de Pablo Josué Uquillas.
Jean Pierre Tejada, 22 años

Jean Pierre Tejada recibió un impacto de bomba lacrimógena en su rostro el martes 8 de octubre del 2019, cuando se manifestaba en Quito contra la vigencia del Decreto 883 que eliminaba los subsidios a los combustibles. “Tuve una pérdida del globo ocular izquierdo por impacto de bomba lacrimógena. Yo me encontraba en la calle Yaguachi y 12 de octubre, frente al Eugenio Espejo. Llegué por mis propios medios al Hospital. No me atendieron tan rápido. Antes de que me pasara esto me postulé para guía penitenciario. Di las pruebas físicas y psicológicas. También los exámenes médicos y de laboratorio. Todos las pasé”.
Lea aquí la historia de Jean Pierre Tejada.
Julio Toroche, 42 años

Julio Toroche, de las brigadas de paz que socorrió a manifestantes heridos en las protestas en Quito, perdió el ojo izquierdo el viernes 11 de octubre del 2019 en las inmediaciones del parque El Arbolito. “El carro de la Policía (trucutú) bajó (por la av. 12 de Octubre) botando gases al cuerpo de los manifestantes. Con un grupo de paramédicos asistimos a rescatar a un menor de edad que estaba tendido en el piso, inmovilizamos al chico en una tabla. Mi compañero levantó la bandera blanca de paz, la señal de salud, para indicar que teníamos un herido. Al momento que me paré, me llegó una bomba lacrimógena directamente a la cara”.
Lea aquí la historia de Julio Toroche.
David Álvarez, 33 años

David Ricardo Álvarez Salazar, vendedor ambulante, recibió un impacto de perdigón en el ojo izquierdo y de una bomba lacrimógena en el tobillo el sábado 12 de octubre del 2019 en las inmediaciones del parque El Arbolito. “Estuve en las manifestaciones. Esa tarde, de un momento a otro, se dispuso temprano un toque de queda y los policías empezaron a disparar. Le dieron a una tabla, la rompieron y me dieron en el ojo. En la Casa de la Cultura había una enfermería. Me desperté ahí, porque cuando recibí el impacto perdí el conocimiento. Me trasladaron al Hospital Eugenio Espejo y ahí me hospitalizaron. Ya no veo con el ojo izquierdo”.
Lea aquí la historia de David Álvarez.
Policía Mauro Chicaiza, 26 años

Mauro Chicaiza, policía de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO), perdió el ojo izquierdo el miércoles 9 de octubre del 2019 por una agresión en la calle Olmedo, Centro Histórico de Quito. “Empezaron a llegar manifestantes a decir que les dejemos pasar. Debíamos impedir que la gente ingresara a la Plaza Grande, por lo que se colocaron vallas. Nos agredieron verbalmente. Llegaron más manifestantes; nos atacaron con objetos contundentes, piedras, palos, bombas molotov. Fue tanta la violencia que recibí el impacto de una piedra en el ojo izquierdo. Me trasladaron al Hospital de la Policía. La herida fue tan grave que perdí el ojo”.
Lea aquí la historia de Mauro Chicaiza.
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