Elena Paucar. Enviada a Guatemala
La Sociedad Éticamente Responsable de Maringá, Brasil, obtuvo el primer lugar en el concurso de Experiencias en Innovación Social, organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y la Fundación K.W. Kellogg, en Guatemala.
El jurado de la Cepal otorgó el reconocimiento a este proyecto de veeduría ciudadana por su aporte al manejo eficiente de los recursos públicos. “Su metodología lo hace fácilmente replicable en la región y promueve una ciudadanía moderna, con empoderamiento de la comunidad”, dijo Nohra Rey de Marulanda, miembro del jurado calificador.
La iniciativa surgió en 2 000, debido a las continuas denuncias de corrupción en Maringá. Fernando Otero, coordinador del Observatorio, cuenta que en ese año, USD 57 millones de los USD 100 que conforman el presupuesto anual de la ciudad, fueron desviados.
Desde entonces, los ojos de la comunidad están fijos en la labor de sus autoridades. Hoy, el dinero recuperado, gracias a la fiscalización de los procesos de licitación, se revierten en la construcción de escuelas, centros médicos y seguridad.
El segundo lugar fue para la planta de productos nostálgicos de México. Este plan, enfocado en la producción y comercialización de alimentos a base de nopal, recibió USD 20 000. La iniciativa fusiona el trabajo de las mujeres de la región de Oaxaca con las comunidades migrantes de los Estados Unidos.
El tercer lugar, con un reconocimiento de USD 15 000, fue para el plan de atención en salud integral a la población indígena altamente móvil del cantón de Coto Brus, Costa Rica. Ahí, un grupo de médicos enfocó su labor en los cafetales, donde trabajan indígenas Ngöbe, provenientes de Panamá.
El proyecto ‘De la basura a la rehabilitación’, de Chile, ganó el cuarto puesto con un premio de USD 10 000. En tanto que el quinto lugar (USD 5 000) fue para el programa de Abuelas Cuentacuentos, de Argentina.