En la calle Gran Colombia hay tres equipos de trabajo y el último se inició la semana pasada. Por esta vía se accede al Centro Histórico de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua/ El Comercio
El segundo frente de trabajo del tranvía con dirección al centro de Cuenca se inició ayer. Se lo hizo tras la aprobación del plan de contingencia por parte del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y por los acuerdos con los dueños de las casas de las calles intervenidas.
Desde que se aprobó el proyecto a finales del 2013, el centro de la ciudad es la zona más polémica por el temor a daños de las casas patrimoniales de las calles Gran Colombia y Mariscal La Mar.
El primer frente de trabajo con dirección al centro está en la calle Gran Colombia y Convención del 45 y el segundo en la avenida Huayna Cápac, entre el redondel de la Chola Cuencana y la Gran Colombia.
En el plan de contingencia se contempla la presencia de dos arqueólogos del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y dos del contratista. También, se definió la forma para proceder si hay vestigios o daños en las casonas patrimoniales.
Para la edil y presidenta de la Comisión de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio, Monserrat Tello, ese plan es fundamental “porque es un área con más de
3 500 años de presencia cultural y donde se levante una piedra puede encontrarse cualquier cosa”.
Los arqueólogos también vigilarán que el contratista utilice equipos y materiales especiales para evitar vibraciones. Para Tello, se debe hacer una inspección en todas las viviendas de las calles Gran Colombia y Mariscal La Mar.
Por normas de seguridad, los tramos intervenidos están cercados con mallas de hierro y cintas de precaución. En el interior, los obreros -con ayuda de pequeñas máquinas perforadoras- realizan el movimiento de tierra para los ductos y desniveles.
La Empresa de Movilidad del Municipio de Cuenca reorganizó el tránsito vehicular (público y privado), por las calles intervenidas y sus alrededores. Hay agentes civiles en los puntos más críticos para dirigir la circulación y evitar los congestionamientos. También vallas informativas sobre los desvíos.
En la mañana de ayer 12 de enero, en el tramo de la Huayna Cápac, laboraban 10 obreros. En total hay ocho frentes de trabajo, en 10 kilómetros y laboran 230 obreros.
Los trabajos empezaron en noviembre del 2013 y registran un avance del 16%, según el gerente del proyecto, Gerald Fernández.
De acuerdo con los contratos, este nuevo sistema de movilidad deberá operar en julio del 2016. Pero la escasa presencia de personal es una preocupación de los propietarios de inmuebles y negocios ubicados a lo largo de todos los tramos intervenidos.
Rosa Gómez vive en las inmediaciones de la avenida España. Según ella, hay días que el tramo de Milchichig permanece abandonado.
En cambio, Julio García, dueño de un restaurante en la calle Gran Colombia, dice que las autoridades municipales les ofrecieron mantener las aceras limpias y colocar vallas informativas, anunciando qué negocios están abiertos, “pero no se ha cumplido aún”.
El alcalde cuencano Marcelo Cabrera admite que la construcción del tranvía tiene más de cinco meses de retraso. Por eso, en noviembre pasado anunció que renegociará los contratos sin que implique incremento de costos. Su idea es reprogramar los tiempos.
El tranvía Cuatro Ríos de Cuenca cuesta USD 232 millones financiados con recursos provenientes del Gobierno y de un crédito de Francia. Tres firmas extranjeras están a cargo de las obras civiles, material rodante y fiscalización.
Ayer se efectuó la primera reunión para la renegociación. Pero el alcalde Cabrera solo consiguió que los contratistas de las obras civiles incrementaran a 16 horas de trabajo diarias (siete días de la semana) en el frente recién abierto de la avenida Huayna Cápac.
La propuesta inicial del Alcalde fue que trabajaran 24 horas diarias, los siete días de la semana y que se incrementara el número de obreros en todos los tramos intervenidos.
En la actualidad, en los frentes de la avenida de Las Américas, Gran Colombia, Mariscal La Mar y España laboran 10 horas diarias.
Fernández señala que siguen discutiendo el tema para conseguir cambios progresivos. Él agrega que en el Centro Histórico no extenderán el trabajo nocturno porque el ruido de las máquinas generaría inconvenientes en el descanso habitual de las familias.