Con esta infraestructura, el Gobierno busca ahorrar los USD 40 millones anuales que representaba el almacenamiento de gas licuado en buques. La obra casi duplicó su costo inicial. Foto: Enrique Pesántes / EL COMERCIO
Casi seis años después de que se colocó la primera piedra en el mayor proyecto de gas del país llamado Sistema de Recepción, Almacenamiento, Transporte y Distribución de Gas Licuado de Petróleo (GLP), ayer, 26 de junio, se inauguró la obra.
El proyecto se ubica en Monteverde, en Santa Elena, y El Chorrillo, en Guayas. El presidente de la República, Rafael Correa, y el vicepresidente, Jorge Glas, pusieron la última piedra en esta obra que terminó costando USD 571 millones.
Hace seis años se anunció que este proyecto para almacenar y transportar GLP mediante un gasoducto de 123 km, a cargo de la Empresa Pública Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y Petroecuador, tendría un costo de casi USD 300 millones, que estaría listo en 18 meses y que representaría para el país un ahorro de USD 650 millones en 20 años.
Ayer en Monteverde, el Presidente destacó la magnitud del proyecto, pero también se refirió al retraso de la obra y al incremento de unos USD 300 millones en el presupuesto estimado en un principio.
“Este proyecto tiene varios años de retraso, debía terminar en octubre del 2010, ¡ofrecimiento irreal! Pero eso ofrecieron. Costó centenas de millones más de lo presupuestado, el monto original era irreal también; con esos datos se toman decisiones equivocadas”. Y añadió que estos problemas se dieron por “no ser conscientes de nuestras limitaciones, por falta de capacidad de planificación, por falta de coordinación entre Flopec y Petroecuador, por absurdas rivalidades institucionales”.
El 92% de la demanda nacional de gas licuado, que bordea las
2 900 toneladas métricas diarias, corresponde a uso doméstico; sin embargo, el Gobierno espera reemplazar 3,5 millones de cocinas de gas por cocinas de inducción desde agosto próximo.
Con esta medida, la demanda de gas sería menor, aceptó el Presidente, no obstante, destacó que este sistema, que busca incrementar la capacidad de reserva de gas a 25 días, reduce la vulnerabilidad del país, pues la infraestructura en Monteverde puede almacenar unas 60 000 tm de GLP, mientras que la de El Chorrillo, tiene una capacidad de 15 760 tm.
“Claro que se reduciría grandemente la demanda de gas, pero en buena hora, porque incrementaría el tiempo de reserva estratégica de gas, porque 25 días es poco tiempo. De todos modos esa demanda seguirá creciendo en sectores industriales”, aseveró.
Edmundo Brown, consultor petrolero y exvicepresidente de Petroindustrial, cree que a pesar de los retrasos, este sistema era necesario desde hace tiempo. “Sí va a haber una reducción de demanda de gas licuado, pero no va a ser muy sustancial, de manera que tener esta instalación es indispensable”, aseguró. Añadió que el incremento en los costos del proyecto puede responder a los retrasos en las obras.
Por su parte, el vicepresidente de la República, Jorge Glas, anunció que este sistema corresponde a la primera fase de lo que calificó como un “megaproyecto”, en el que a futuro se podrá transportar y almacenar otros productos. “Estamos haciendo los estudios para que esa terminal en Monteverde se convierta, en el menor tiempo posible, en una terminal de carga y descarga de productos limpios derivados del petróleo. Se conectará con la Refinería del Pacífico”.
Este proceso de cambio en la infraestructura gasífera, explicó Brown, es factible y también necesario. “Las instalaciones se diseñan para transportar gas licuado, pero hay que hacer ajustes en las instalaciones de bombeo y se puede cambiar el combustible sin problemas”, puntualizó.