Los ministros de Economía de los 16 socios de la Unión Europea (UE) se dan cita hoy en Bruselas, de manera extraordinaria, para redactar el plan de salvamento de la economía irlandesa. En este plan se incluye el tipo de interés que se aplicará al préstamo a Dublín por 85 000 millones de euros.
En la reunión de hoy estará presente el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
Adicionalmente, dentro de la agenda del encuentro está previsto analizar la compleja situación por la cual atraviesan las economías de Portugal y España.
Tras el plan de rescate de Grecia, en abril pasado, con un fondo de 110 000 millones de euros a tres años, la UE se vio forzada, en una reunión urgente el pasado 28 de noviembre, a apagar el fuego en Irlanda, que lidia con un déficit público del 32% del Producto Interno Bruto (PIB). Es un lastre que soporta en gran medida por el peso de los planes de ayuda pública a su debilitado sector bancario.
Según las informaciones divulgadas en Bruselas, el tipo de interés para el préstamo de la UE y del FMI a Irlanda se situará en torno al 6%, una medida para evitar el naufragio del ex “tigre celta”, bautizado así en su momento por su -ya perdida- pujanza económica.
Para Grecia, el tipo de interés del préstamo fue del 5,2%. En todo caso, si fuera esa cifra, esta estaría por debajo del tipo de interés que los mercados exigen a la deuda irlandesa actualmente: 9%.
Irlanda ha tenido el dudoso orgullo de ser la primera de las economías del euro en “estrenar” el fondo de 750 000 millones de euros aprobado por los 27 socios comunitarios en mayo pasado, ante el temor de contagio de la crisis de deuda helena a las economías más débiles del bloque.
España se ha rehusado a utilizar el fondo, pese a las dudas que crecen sobre su economía. Según la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, “los fundamentos económicos de España son sólidos y el país no apelará por ayuda financiera del mecanismo de ayuda internacional”.
Del paquete irlandés aprobado hace una semana, 50 000 millones de euros serán para colmar los requerimientos de financiación fresca para Dublín, los 35 000 millones restantes irán para apuntalar al debilitado sector bancario.
El crédito aprobado para Irlanda, al igual que la ayuda europea para Grecia, no es un cheque en blanco para que Irlanda vuelva a incurrir en desequilibrios. Para colocar el galáctico déficit público irlandés por debajo del 3% para el 2014, la población debe apretarse mucho el cinturón, con fuertes medidas de ahorro.