Incertidumbre en empresas por salvaguardias

Arancelesok

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Los negocios que comercializan artículos importados se mantienen en la incertidumbre ante el anuncio de una salvaguardia general para las importaciones.

El pasado jueves, el ahora exministro de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, y el ministro Coordinador de la Producción, Richard Espinosa, hablaron de la necesidad de imponer salvaguardias generales, pero no se definió una fecha para su aplicación. Esa medida iría acompañada de otras, como la aplicación de cupos, como ya ocurre con el ingreso de vehículos y autopartes.

Los dueños de los negocios que venden productos importados empezaron a tomar medidas para protegerse y no afectar sus ventas.

Julio Bardellini, propietario de Ferromás, local que vende sanitarios, grifería y accesorios, espera que si se produce un incremento de aranceles, este no resulte demasiado elevado. El 90% de la mercadería de este local, ubicado en la avenida Machala, en el centro de Guayaquil es importado.

Bardellini exhibía un porcelanato de marca colombiana que le llegó esta semana, pero cuyo pedido hizo en noviembre, cuando todavía no se imponía una salvaguardia del 21% a ese país. “Los proveedores ya nos habían indicado que habría un incremento en el costo de la cerámica de Colombia, de hasta un 5%”.

Hace poco el comerciante hizo un nuevo pedido, que espera llegue con un precio más alto. “Hemos adquirido un ‘stock’ para unos tres meses, para protegernos, hasta saber qué pasará con los precios. Si el precio sube hasta el arribo de la mercadería, el importador nos ofreció asumir el excedente”.

Los negocios que comercializan textiles y vestimenta importada también están preocupados. Kléber Gusqui, propietario de la importadora textil FashionTop, en el sector de la Bahía de Guayaquil, cree que se verá obligado a vender más ropa nacional, aunque cueste más. El 60% de lo que este pequeño importador comercializa lo trae de Panamá. “Hay artículos, como estos sostenes importados, que salen a unos USD 3, mientras el nacional cuesta USD 7, y son de la misma calidad”, menciona.

Los comerciantes de electrodomésticos y línea blanca también toman sus previsiones ante un inminente anuncio de una salvaguardia general. Patricio Jurado, propietario de la Importadora P.J., del norte de Guayaquil, hizo a finales de enero un pedido mayor de lavadoras y aspiradoras, que importa desde Perú. “Ya en enero pasamos fuimos notificados de que el producto vendría con otro precio. Por ello ahora hicimos un pedido mayor, porque escuchamos que se anuncian más aranceles”.

Los industriales consideran que la imposición de nuevas salvaguardias, esta vez generales resultará contraproducente. Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, cree que medidas de ese tipo no son las ideales. “Hemos expuesto nuestras preocupaciones. Dejar de importar significa dejar de comprar, lo que significa menos recaudación para el Estado por aranceles y por IVA. “Hemos puntualizado que si ya van a tomar la medida, no se toquen los bienes de capital y materias primas, porque afectarán la producción y el empleo”.

Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación de Exportadores del Ecuador, espera por su lado mantener una reunión con el nuevo ministro de Comercio Exterior, Diego Aulestia, tan pronto se posesione, para tratar el tema.

Enrique Pita, presidente de la Federación Ecuatoriana de Cámaras de la Construcción, también tiene objeciones. “Toda decisión gubernamental que afecta los precios de los productos importados atenta al precio final, y allí están obviamente los productos de la construcción.

"Afecta a la larga en el bolsillo del consumidor”. Pita recuerda que una salvaguardia general afectará por ejemplo a la grifería y porcelanatos, que en gran medida se importan.

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