Adolfo García realiza las últimas tareas de cosecha en su propiedad, en Vinces, provincia de Los Ríos. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
En el recinto El Descanso, del cantón Mocache, Darwin Poveda desgranaba el martes pasado las últimas mazorcas de maíz. Para ese trabajo, él contrató a una cuadrilla de seis obreros. Otros agricultores de Vinces y de Ventanas también realizaban esas tareas que marcan el fin de la cosecha de invierno en el Litoral.
Poveda tiene 7 hectáreas (ha) dedicadas a la producción del cereal desde hace 15 años. De esas, 3 son alquiladas. Este año produjo unos 100 quintales por ha, 40 más que en igual época del año pasado.
Adolfo García, quien tiene 340 ha en La Templanza de Vinces, cosechó entre 140 y 160 quintales por ha, el doble frente a la cosecha de invierno del año pasado.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) proyecta, de hecho, que la productividad del sector estará este año en 6,46 toneladas (t) por ha para la cosecha de invierno. La cifra es mayor que las 5,81 t/ha generadas en igual lapso del 2018.
Adriano Ubilla, subsecretario de Comercialización del MAG, dijo que el 2019 es un buen año para la siembra del maíz. Explicó que el clima ayudó a conseguir la humedad adecuada en las 225 000 ha sembradas en esta temporada y que en el aspecto fitosanitario se combatieron enfermedades como la langosta, que azotó las plantaciones el 2018.
Pero a pesar del buen rendimiento, las ganancias de los agricultores no fueron las esperadas. Aducen que el costo de producción es uno de los factores que no permiten que el sector repunte.
César Vizcarra, presidente de la Federación Tierra Fértil, que agrupa a 160 agricultores de Ventanas y Mocache, explicó que se invierten USD 1 760 por ha para generar 130 quintales. El monto incluye: alquiler de tierras, semillas, fertilizantes, fungicidas, herbicidas, mano de obra y alquiler de maquinaria para el desgrane y secado. La actividad, según los maiceros, no es rentable, ya que por cada ha solo recuperan USD 200.
García y Poveda sostienen que el costo de la semilla (Hércules o Emblema) está en USD 210 el quintal y el de urea, supera los USD 22. Estos son los insumos más caros.
El titular del MAG, Xavier Lazo, sostuvo hace unas semanas que con varias acciones, sin detallar cuáles, había logrado que los insumos para el sector maicero y arrocero bajaran en al menos un 20%.
Las declaraciones se dieron en un evento en Yaguachi, donde también se comprometió a continuar el diálogo con los productores de estos sectores.
Según Henry Peña, titular de la Corporación Nacional de Maiceros, los costos de producción afectan en especial a los más pequeños, quienes no logran recuperar todo lo invertido y deben aceptar cualquier precio por el grano.
El precio mínimo de sustentación depende desde abril pasado de la humedad y pureza del producto. La tabla va de USD 9,59 por quintal de maíz con 35% de humedad y 5% de impureza hasta USD 15,25, con 13% de humedad y 1% de impurezas. A esto se suman USD 0,50 por quintal para cubrir el costo del transporte cuando el productor lleva el insumo a la industria. Antes de las fórmulas, regía una franja de precios.
Patricia Cando, encargada del Centro de Acopio Comercial García, ubicado en el km 2,5 de la vía Ventanas-Quevedo, señaló que se rigen a la tabla oficial de precios de la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA). Dijo que adquiere grano que, en su mayoría, tiene 22% y 24% de humedad, el cual se seca para llegar a 13% y entregarlo a industrias.
Pero Eduardo Escobar, agricultor de Ventanas, aseguró que algunos centros no pagan el precio oficial. Por ejemplo, un quintal de grano con 25% humedad cuesta USD 12, pero pagan 11 o menos, comentó.
Los maiceros están a la expectativa de que la UNA adquiera el grano antes de la cosecha de verano, que se inicia en octubre y pesa un 20% en la producción anual de maíz.
Ubilladijo que el MAG está velando – a través de la UNA- para que se acopie todo el grano que está saliendo. Añadió que se realizan operativos constantes con el apoyo de varias instituciones, para hacer respetar la política de precios.
La industria insistió en que los precios de sustentación van en contra del modelo de economía liberal planteado por el propio Gobierno.
Édgar Navarrete, de la Corporación Nacional Avicultores del Ecuador (Conave), y Ramiro Pita, de la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), afirmaron que el valor es, además, un 50% más alto que en Colombia y Perú. “La política pone en riesgo a la industria debido a sus precios no competitivos (…). Va en detrimento de los consumidores de pollo, de huevos y de cerdo”.