El monto de los subsidios de Ecuador es el tercero más alto de la región. Y está entre los seis países en el mundo con la gasolina más barata. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los países de la región que más aplican subsidios a los combustibles son los petroleros, pese al alto costo que supone para sus economías.
La conclusión se desprende del estudio ‘El otro lado del boom’, del 2017, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Argentina, Bolivia, Ecuador, México, Trinidad y Tobago y Venezuela mantienen subsidios a través de una política discrecional; es decir, los gobiernos fijan el precio de venta de los derivados por decreto, y el consumidor paga un costo mínimo fijo.
Según el estudio del multilateral, el monto que destina Ecuador a los subsidios en relación con su Producto Interno Bruto (PIB) es de los más importantes en la región.
Estas ayudas representan el 5,4% del PIB del país, el tercero más alto luego de Bolivia y Venezuela, en donde alcanzan el 9,4% y el 8,7% del PIB, respectivamente.
Ecuador está, además, entre los seis países en el mundo que venden la gasolina y el diésel más baratos, después de cinco países petroleros: Venezuela, Irán, Sudán, Kuwait y Argelia, según un ‘ranking’ de 165 naciones del portal especializado Global Petrol Prices.
El primer lugar lo ocupa Venezuela, donde el galón de diésel cuesta menos de un centavo y el de la gasolina, tres centavos.
Para evitar el impacto económico, los países han intentado aplicar diferentes medidas.
Bolivia, por ejemplo, subió en 83% el precio del combustible a finales del 2010, pero tuvo que retirar la medida ese mismo año, por la presión social.
Venezuela pretende focalizar el subsidio a través de la entrega de un carné. Para ello, el gobierno de Nicolás Maduro hizo un censo de transportes, cuyo objetivo es -según dijo el 26 de julio pasado- caminar hacia el uso racional de los derivados y evitar el contrabando. Hay sectores que temen que la idea sea subir progresivamente el precio de los derivados.
En Ecuador, el precio de la gasolina se mantuvo congelado en los años setenta y se subió en 1982, cuando la caída del precio del crudo impactó en los ingresos estatales.
A partir del 2000, los gobiernos de turno realizaron ajustes anuales al precio de los combustibles. En el 2005 se congeló otra vez y desde entonces el valor no ha variado.
El subsidio en el país depende del producto con el que se llene el tanque del auto. La gasolina que más alta subvención tiene es la Ecopaís, con USD 1,04 el galón, le siguen la extra con 0,94 y la súper con 0,75.
Las cifras se calcularon con datos a julio, pero podrían subir si sigue el alza internacional del precio del crudo, que impacta directamente en la cotización de los derivados.
El ministro de Finanzas, Richard Martínez, ha señalado que se trata de subvenciones ineficientes porque ayudan en mayor medida a los que tienen más recursos. Y el presidente Lenín Moreno anunció, el pasado 3 de agosto, que analiza subir el precio de la súper.
El impacto fiscal sería de USD 144 millones al año considerando el subsidio a julio y una proyección del consumo.
Para Mauricio Pozo, exministro de Finanzas, el impacto fiscal es mínimo e incluso se corre el riesgo de que los ecuatorianos migren a la Ecopaís, que tiene más subvención. Por eso, el experto sugiere que una decisión debe tomarse sobre todas las gasolinas.
Según el BID, las subvenciones “han demostrado ser un vehículo ineficiente para proporcionar protección social”. Solo el 23% del subsidio a la energía promedio en América Latina y el Caribe termina en los bolsillos del 40% de hogares más necesitados, anota.
Otros países aplican políticas de precios que incluyen un uso menos discrecional de subsidios o no los utilizan.
En Perú se usa un fondo de estabilización para mitigar la volatilidad del precio; fija bandas de precios: si sube por encima de la barrera, el fondo compensa a las empresas y si baja las firmas compensan al fondo. Colombia usa un mecanismo similar; pero a mayo acarreaba un déficit de 7 billones de pesos, ya que los precios de venta local suben más lentamente que lo que aumentan los costos internacionales.
Nicaragua tiene precios liberados. En otras naciones más desarrolladas no solo que no hay subsidios, sino que se aplican impuestos para bajar el consumo, como Noruega o Hong Kong, donde el valor supera los USD 7,63 el galón, el triple del precio real.