Detrás de los 627 centros estéticos de adelgazamiento y spa que existen en el país, se desprenden historias de emprendimiento que, con el tiempo, lograron cimentar negocios exitosos.
Rosa Illescas inició su negocio hace ocho años atendiendo a 15 personas cada mes. Rosill es el nombre de la pequeña empresa de cosmetología y estética que abrió en Quito, una ciudad que concentra el 25% de este tipo de negocios a escala nacional.
Illescas comenzó junto a una amiga extranjera que conocía de esta actividad, pero ella regresó a su país (EE.UU.) hace seis años y medio. Entonces, Rosa asumió el manejo y se cambió a Guayaquil hace cuatro años, pues a su esposo (militar) lo trasladaron al puerto. Ahí tiene que competir con un total de 105 establecimientos afines identificados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en el censo económico.
Actualmente atiende a 40 personas por mes. El 40% de los clientes de Rosill acude a su local por masajes reductores; el resto busca tratamiento contra el acné.
Ella tomó cursos de peluquería y estilismo. Hace cuatro años realizó una capacitación en medicina alternativa y actualmente se prepara para ser maestra en Cosmetología. Estudia en la Escuela de Cosmetología San Andrés, en Guayaquil y en octubre próximo culminará sus estudios. Hoy es asesorada por una médico.
Los clientes de tipo de negocios son básicamente mujeres, quienes acuden con más frecuencia en entre enero y mayo, por la temporada playera, y antes de las fiestas de Guayaquil. Mensualmente factura unos USD 1 500.
Valentina Mariño es una cliente de Vanilla Spa, en Urdesa, en el norte de Guayaquil. La joven va por su la quinta sesión (son 10 en total) de carboxiterapia, un tratamiento que le ayudará a perder ocho centímetros de cintura.
Paulina Jiménez, maestra cosmetóloga, le aplicará un tratamiento que consiste en inyectar CO2 en varias partes de su cuerpo, en esta ocasión en la parte baja lateral de las caderas.
Este negocio, que empezó con una inversión de alrededor de USD 50 000, fue creada en septiembre del 2011 y ofrece varias opciones para bajar de peso. Entre sus principales técnicas están la cavitación, que consiste en liberar los depósitos de grasa del cuerpo con microburbujas.
Michelle Medina también compite en este mercado. Luego de haber probado un producto nutricional y haber bajado 25 libras, comenzó a comercializar y asesorar a otros negocios hace tres meses. Ella estudia comunicación en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo.
Esta joven cuenta que su trabajo le permite ayudar a otras personas con asesoría nutricional. Tiene una cartera de 20 clientes.
La firma donde trabaja (prefirió no decir el nombre) funciona como una red, donde se gana más se incorporar nuevas personas al negocios. Dice que su ingreso fijo es de USD 1 100.
Como ella, Macarena Valarezo, concejal de Quito, incursionó hace casi dos años en el mercado con la Sopa 7D. Ella bajó ocho libras luego de su embarazo. La también presentadora de televisión es dueña del producto y cuenta que la preparación de la fórmula la obtuvo de una sopa que ella consumió. Con un equipo de cinco médicos mejoró el producto.
La firma Marketing World Wide es aliada de la concejal, pero también promociona otros productos como Spiruvit, Skinny Factor y Fattaché. Para su gerente financiero, Diego Montenegro, el mercado está“superbueno”.
La inversión en publicidad televisiva de la Sopa 7D durante esta temporada llega a USD 15 000. Para Valarezo, estos productos tienen más acogida cuando se promocionan por televisión, ya que “la gente ve los testimonios y se identifica”. La sopa está en el mercado hace tres meses y al mes se venden 20 000 paquetes.
Según resultados del censo nacional económico del 2010, 1 398 personas se dedican a este tipo de negocios, que facturan cerca de USD 12 millones al año.
Los ecuatorianos buscan la manera de bajar de peso de manera rápida. En los medios audiovisuales e impresos cada día se promocionan más centros y artículos de adelgazamiento. Pero detrás de este negocio hay controles.
El año pasado, el Ministerio de Salud prohibió la comercialización de productos como la Fruta Planta, ya que contenía sibutramina. A pesar de esto, la comercialización de productos para adelgazar es abundante. Se promocionan tés, alimentos, suplementos alimenticios, masajes, entro otros productos.
Los requisitos
El centro estético debe ser asesorado por un médico dermatólogo, nutricionista o cirujano plástico, señaló la médica Fanny Piedra, especialista en estética. Las cosmetólogas deben hacer los tratamientos guiados por el médico.
Para estudiar cosmestología, la persona debe ser bachiller. El estudio dura un año y seis meses y aprenden, además, características y alteraciones de la piel. El 25% de los estudiados trabaja en un centro estético, dice Piedra.
En la Costa los clientes asisten con mayor frecuencia a los centros estéticos . Según la especialista, la alta demanda de estos sitios es porque en el Litoral se consume más azúcar, bebidas gaseosas y las personas tienen malos hábitos alimenticios.
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