El Pacific National Bank (PNB), subsidiaria del Banco del Pacífico, que a su vez es propiedad del Banco Central del Ecuador, ha recibido tres observaciones de los reguladores estadounidenses, una sanción por USD 7 millones y multas a cinco de sus máximos directivos que oscilan entre USD 8 500 y 12 500 por cabeza.
Durante los dos últimos años ha registrado pérdidas millonarias, las cuales continuaron en el primer trimestre del presente año.
A partir del 2008, algunos indicadores como los depósitos, los créditos y la liquidez muestran una tendencia a la baja, producto, en parte, de los efectos de la crisis hipotecaria en la Florida.
Las sanciones impuestas al PNB son por deficiencias en los controles para prevenir el lavado de dinero y reportar transacciones sospechosas.
Esas observaciones se comunicaron en el 2005, pero luego de nuevas auditorías, en el 2009 y 2010, los reguladores de EE.UU. vieron que los problemas se mantenían.
Para el Gobierno ecuatoriano, la millonaria multa a la entidad se explica porque los sistemas informáticos de monitoreo del PNB no estaban preparados para detectar y reportar actividad sospechosa. Pero ya se presentó un plan que estará listo en el 2012.
Dos preguntas: ¿En cuatro años no han podido instalar o mejorar el sistema informático? ¿Cabe una multa de USD 7 millones por eso?
Lo cierto es que la solución al problema tomará, en el mejor de los casos, dos años más, lo que demuestra que no son tan simples como los quiere pintar el Gobierno.