La historia económica y política del país se puede contar a través de sus monedas. El cacao, las conchas o las hojas de coca eran medios de pago en el período prehispánico, mientras el oro y la plata marcaron la época colonial y buena parte de la historia republicana.
Con la llegada de los españoles a América, las imágenes de reyes, castillos y leones en las monedas mostraban el poder de la corona.
Por eso el nombre de la unidad monetaria era la corona, acuñada en plata de alta calidad y equivalente a ocho reales, para facilitar el intercambio de bienes. El escudo, en cambio, era una moneda de oro, destinada para las élites porque su alto valor.
Tanto la plata como el oro se obtenían de las grandes minas en México, Perú, Bolivia, Guatemala, etc., lugares donde se construyeron las primeras casas de la Moneda en América.
La Casa de la Moneda de Quito, que se creó en 1833, tres años después del nacimiento de la República del Ecuador, comenzó a cambiar los símbolos españoles por otros que evidenciaran la identidad nacional y la lucha por la independencia: los cerros, el mariscal Antonio José de Sucre, el sol, las banderas, el cóndor, el Chimborazo, etc.
El enorme gasto económico que significó la independencia, sin embargo, se evidenció en la fabricación de monedas con menor contenido de plata. Y pese a los intentos por mejorar la calidad de las monedas, el mercado se encargó se desaparecerlas, reflejando la realidad económica.
La Casa de la Moneda de Quito tuvo una vida efímera y desapareció casi 30 años después de haber sido creada, dando paso a un período donde el protagonismo lo tuvieron los bancos particulares.
Ese protagonismo se terminó con la crisis global de 1930, cuando los países abandonaran el oro y la plata como elementos que respaldaban el valor de las monedas y se pasaran a un nuevo esquema donde el valor estaría determinado por la confianza en los emisores de las monedas. El principal actor sería el Banco Central.
El sucre, como unidad monetaria de la República del Ecuador, nació en 1884, con un gran contenido de plata (90%) y 3,7 centímetros de diámetro. Luego iría reduciéndose hasta terminar en 1988 en casi la mitad de su tamaño inicial. Durante más de un siglo de vigencia cambió tres veces de tamaño hasta que salió de circulación con la adopción del dólar como moneda oficial en el país.
Actualmente hay cinco monedas ecuatorianas que conviven con el dólar, el cual también se ha convertido en parte de la historia nacional.
Las divisas se alborotan con las crisis
La crisis en la Zona Euro mantiene alterado el mercado de divisas, donde éstas ganan o pierden valor en función de los progresos o retrasos para salir del atolladero. Pese a eso, el dólar, el yen japonés, el franco suizo, la libra esterlina y el euro son consideradas las monedas más fuertes y eso se evidencia en su utilización para las transacciones mundiales.
Un informe del semanario de Economía y Negocios, LÍDERES, muestra que la economía mundial no despega sus ojos de lo que ocurre en Europa. Allí la mirada está fija en Portugal, Italia, Grecia, España, Alemania y Francia.
Según el semanario, en España y Grecia la situación es desastrosa, con desmentidos y retiros masivos de dinero (solo en Grecia el jueves pasado se retiraron 700 millones de euros, cerca de USD 888 millones). Esta cifra se suma a otra anunciada en febrero pasado: 16.000 millones de euros procedentes de Grecia fueron colocados en cuentas en el extranjero desde el 2009.
El panorama es incierto y la desconfianza aumenta más aún cuando el pasado viernes las agencias internacionales reportaban que la imprenta británica, De La Rue, tenía un plan de contingencia para imprimir dracmas, en caso de que Grecia deje la Zona Euro y haga un pedido de billetes para abastecer de circulante a su mercado.
Si finalmente los políticos deciden que Grecia debe abandonar el euro, la salida podría ser tan rápida que los billetes del “nuevo dracma” podrían no estar impresos a tiempo, señaló ayer un reporte de la agencia Reuters.
Una eventual salida de Grecia de la Zona Euro podría exponer al bloque a cientos de miles de millones de euros en pérdidas, dejando a Grecia en una situación de crisis social, económica y política, con altas tasas de inflación, devaluación inmediata de su nueva moneda, pérdidas económicas y desempleo.
Analistas consultados por Líderes concuerdan en que China y su moneda, el yuan, saldrían beneficiados por la actual crisis de la Zona Euro.
Esto era impensable cuando surgió el euro en 1999 y que ahora es utilizado por 17 países. Esta moneda fue un referente de economías fuertes y estables; además, en más de una ocasión ensombreció al dólar de EE.UU.