Juan Carlos Cassinelli, en el despacho del Ministerio de Comercio Exterior, en el norte de Quito. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
Su pie derecho se mueve constantemente. Sentado y cruzado la pierna, Juan Carlos Cassinelli, ministro de Comercio Exterior, cuenta que desde hace seis meses tiene ese tic por la ansiedad que le produjo sellar hasta fin de año el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).
De no conseguirlo, el país corría el riesgo de perder el acceso preferencial a ese mercado y las exportaciones hubieran sido gravadas con fuertes aranceles en el 2017.
Pero lo logró. El pasado 11 de noviembre –en Bruselas (Bélgica)- el vicepresidente de la República, Jorge Glas, y la comisaria de Comercio Exterior de la UE, Cecilia Malmström, ratificaron el Acuerdo y, mientras esto ocurría, Cassinelli confiesa que dejó escapar una lágrima de la emoción.
El presidente de la República, Rafael Correa, encomendó esta misión a un amigo de toda la vida. Las dos autoridades se conocen desde que estudiaban en el Colegio San José La Salle de Guayaquil. Aunque Cassinelli asegura que su amistad se forjó cuando hacían política en la Universidad Católica.
La carrera política de Cassinelli se fraguó en la Facultad de Jurisprudencia, donde obtuvo el título de abogado. En su paso por la universidad fue presidente de la Asociación de la Facultad de Jurisprudencia, y de la Federación de Estudiantes.
El decano de esa Facultad, José Miguel García, recuerda que Cassinelli ya exhibía en clase sus preocupaciones políticas. “Desde entonces se mostraba como una persona pragmática”, señala.
García fue profesor de derecho civil, y luego, entre el 2000 y 2002 fue su asesor cuando el actual Ministro ejerció la dirección jurídica de la etapa de saneamiento del Banco del Progreso (2000-2001) y de la Agencia de Garantías de Depósitos (AGD), entre el 2001 y 2002.
Tras graduarse, Cassinelli abrió en 1998 un estudio jurídico, con un socio, Ney Valero. El jurista Fausto Raymond compartió el bufete como abogado asociado por 10 años. “Juan Carlos es muy metódico”, dice.
Cassinelli se especializaba en asesoría mercantil. “Más que litigante, él era asesor en temas mercantiles para empresas”, cuenta Raymond.
Su apego a la política es de familia. Cassinelli es primo de Dalton Bacigalupo, que fue presidente nacional de la Izquierda Democrática.
Además, el Ministro está casado con Laura Cristina Damerval Arosemana, hija de Jaime Damerval, abogado y político guayaquileño, que fue ministro de Gobierno en la presidencia de Lucio Gutiérrez y candidato a la Presidencia en las elecciones del 2006 por la Concertación de Fuerzas Populares. El político guayaquileño se ha mostrado crítico al actual Régimen.
Damerval comenta -entre risas- que cuando se reúne con su yerno nunca hablan de política para “preservar” el matrimonio de su hija”.
El Ministro aún aparece como abogado principal y socio del estudio jurídico Cassinelli & Asociados, ubicado en el piso siete del edificio Quil, en el centro de Guayaquil.
En su declaración juramentada se menciona que posee acciones por USD 299 de su estudio jurídico. Además se indica que su domicilio habitual es en el cantón Samborondón (Guayas) y tiene a su nombre un departamento en Monteserrín (norte de Quito) valorado en USD 105 000.
No obstante, su creciente participación en política lo alejó progresivamente de su estudio jurídico, comenta Raymond.
Esto se acentuó con su participación en la campaña de su excompañero de colegio, el entonces candidato Rafael Correa.
Con Correa en el poder, Cassinelli ocupó el cargo de jefe político del cantón Guayaquil en el 2007.
Luego de dos años fue elegido como asambleísta por Guayas y ocupó el cargo de presidente de la Comisión de Desarrollo Económico y Primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional.
En su gestión como legislador presentó dos proyectos de ley de los cuales uno fue aprobado. Cassinelli fue elegido para presidir un tema clave para el Gobierno: la Comisión de las Enmiendas de la Constitución que se aprobaron en diciembre del año pasado y que incluyeron temas como la reelección indefinida.
El sector exportador lo considera cercano al empresariado. De hecho, por defender estas posturas, Cassinelli protagonizó un altercado con Virgilio Hernández en el Legislativo durante el debate de Ley de Alianzas Público Privadas, en octubre del 2015.
Sobre esta desencuentro, Cassinelli asegura que la discusión ocurrió “por temas internos del bloque”, pero ahora tiene “una relación cordial” con Hernández.
Casa adentro, a Cassinelli se lo identifica como una persona del ala más conservadora de AP. Gina Godoy, asambleísta por Guayas lo encasilla como alguien de centro. Los exportadores resumen en una palabra el resultado conseguido por Cassinelli en tiempo ‘récord’: pragmatismo.
José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuicultura, comenta que a Colombia y Perú les tomó un año y medio la ratificación del acuerdo, pero Ecuador lo consiguió en seis meses.
Destrabar el tema, que llevaba año y medio de retraso, demandó “una estrategia de mucha conversación con los distintos países europeos”, recuerda Cassinelli.
Según Daniel Legarda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores, en las discusiones con el ministro sobre el Acuerdo no hubo temas ideológicos. Cree que su trabajo de abogado en temas mercantiles lo hace más afín al sector empresarial.
“Yo no satanizo ni de lejos el sector empresarial”, dice Cassinelli, quien asegura que ahora que ha llegado el fin de año descansará tranquilo.