La inversión extranjera directa en América Latina se redujo un 9,1% el 2015 en comparación con el 2014, de acuerdo con un informe presentado este miércoles 15 de junio de 2016 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Es decir, se ubicó en USD 179 100 millones y representó la cantidad más baja desde el 2010.
La causa, explica la Cepal, es la caída de inversiones en sectores vinculados con los recursos naturales como los hidrocarburos y la minería. Otro factor fundamental es la desaceleración del crecimiento económico en países como Brasil, que tuvo un descenso del 23% en inversión extranjera, pero se mantuvo como el principal receptor de la región.
El segundo lugar fue para México, que al contrario experimentó un crecimiento del 18% debido a los mayores capitales que llegaron al sector automotriz y al de telecomunicaciones. En los países centroamericanos también hubo un incremento del 6% por los recursos que llegaron a Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala.
En el caso ecuatoriano hubo un aumento de USD 773 millones en el 2014 a USD 1 060 millones en el 2015 y fue junto a Argentina y Venezuela los únicos países de Sudamérica que tuvieron crecimientos.
Sin embargo, el Ecuador cayó del séptimo al octavo lugar en la recepción de inversiones entre estos dos años, al comparar las cifras de los países sudamericanos. Al país le superó Venezuela que pasó de USD 320 millones a USD 1 383 millones. Ecuador estuvo el año pasado por encima de Bolivia y Paraguay en recepción de capitales extranjeros.
Chile y Colombia, en cambio, experimentaron las principales caídas debido a la reducción de los precios de los minerales en el primer caso y por un descenso en la inversión en los sectores primarios como la minería en el caso colombiano.
Para el 2016, la Cepal prevé que la inversión extranjera directa se ubicará en niveles inferiores a los alcanzados en los últimos años, incluso pronostica un caída del 8%. “En la actual configuración de la economía global, la inversión extranjera directa está llamada a jugar un rol relevante en los procesos nacionales y regionales de desarrollo. Con políticas activas e integradas, los países pueden aprovechar estos flujos para diversificar sus economías, potenciar la innovación y la incorporación de tecnología y responder a los desafíos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.