Aunque no conoce el detalle del informe de inflación que el INEC sube mes a mes en su página electrónica, Guadalupe Cadena en los últimos meses ha reducido el volumen de productos que compraba semanalmente en el mercado para alimentar a su familia de seis miembros .
Los USD 25 que consumía en frutas, verduras, hortalizas y carnes ya no le alcanzan. “Para llevar lo mismo debería tener USD 50”, indica, mientras narra que ha optado por reemplazar los artículos que más han subido como las papas, en la dieta de su hogar.
Según el INEC, la inflación anual en septiembre fue de 5,39%, el mayor índice registrado en el país desde mayo del 2009.
El coordinador de la Maestría de Economía de la Flacso, Fernando Martín, explica el hecho por dos razones. En primer lugar, el crecimiento económico que registra el país (8,8% en el segundo trimestre) ha aumentado el consumo privado y la demanda y ello genera un aumento de precios.
En segundo lugar, explica que la oferta dentro del mercado ecuatoriano tiene la característica de demorarse en reaccionar. Es decir, la oferta no puede suplir el aumento en la demanda de productos —sobre todo de alimentos—, lo que ocasiona que también los precios aumenten.
El catedrático explica que este tipo de fenómenos se da sobre todo en el área de alimentos, que tiene un peso importante dentro de la canasta familiar no solo del Ecuador sino en toda la región.
El decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Cuenca, Milton Quezada, coincide en que existe un aumento importante en el consumo que ha impulsado los precios al alza.
Para Quezada, no obstante, este fenómeno se sostiene directamente en el fuerte gasto del Gobierno que impulsa el crecimiento dentro de la economía.
No descarta, además, que parte de la inflación sea de tipo especulativa. Es decir, motivada en el anuncio del Gobierno de lanzar un paquete de nuevos impuestos.
En septiembre del 2008, el país registró una inflación anual del 9,29% alentada principalmente por los altos precios de la materias primas a nivel internacional.
Estos precios cayeron al año siguiente con la crisis financiera .
Según el INEC, en septiembre los dos grupos de productos que más subieron de precio fueron los alimentos y el rubro de la educación. Los bienes y servicios incluidos en este último grupo tienden a subir durante esta época del año por el inicio de clases en la Sierra.
Dentro de los alimentos, en los mercados se atribuye el alza, principalmente, a los problemas con las cosechas. Ese es el caso de la papa. Susana Sánchez, vendedora del producto en el mercado de Santa Clara indica que la arroba pasó en los últimos dos meses de USD 5 a USD 10.
Explica que ello se debió a que a principios de año la amplia oferta del producto motivó su precio a la baja y algunos agricultores perdieron por lo que decidieron cambiar de cultivo. Actualmente, la oferta es mucho menor y ello implica un aumento en el precio.
Otros productos que registraron incrementos han sido el melloco por las fuertes heladas, según usuarios y vendedores, además de la carne y los huevos.
Por otro lado, las prendas de vestir también han registrado aumento de precio en los últimos meses. Este Diario hizo un recorrido por siete locales de ropa en el sur de Quito donde dependientes y usuarios explicaron que el precio de la ropa subió un 5%.
En prendas para caballero, el mayor aumento se dio en el precio de los pantalones jeans y camisas con incrementos entre USD 2 y USD 4, según la marca.
También los aumentos se han registrado en prendas elaboradas en algodón por el aumento del costo de la materia prima, según la versión de los vendedores.
Sara Cárdenas, clienta y secretaria de una empresa privada, explica que ahora comprar una blusa es más caro porque su precio parte de los USD 25, cuando antes costaba máximo USD 20.
Este aumento en el precio de las prendas de vestir ha provocado que algunos almacenes no puedan cumplir sus metas de facturación mensuales. Este es el caso de Kapricho, tienda de ropa que solo pudo alcanzar el 50% de la meta planteada para septiembre.
Lo mismo ocurre en el local Flip, almacén de ropa de caballeros, donde antes se facturaba USD 1 500 el fin de semana y ahora solo vende USD 1 000.
La subida de los precios afecta a toda la región
La mayoría de bancos centrales latinoamericanos se debate entre mantener fijas sus tasas de interés ante la inflación o bajarlas para avivar sus economías, que sufren una desaceleración arrastradas por la debilidad en el mundo desarrollado.
Algo que podría ayudar a domar la inflación es la menor demanda que algunos analistas pronostican para las materias primas que produce la región. Los precios de estos productos bajarían y también la cantidad de dólares que recibe América Latina, poniendo una bolsa de hielo sobre las monedas locales, cuyas apreciaciones han sido en parte culpables del incremento en los precios.
Chile, el mayor productor mundial de cobre, reportó una inflación en septiembre del 0,5%, que llevó la tasa en 12 meses a un 3,3%. En el cono sur, varias naciones reportaron esta semana sus incrementos en los precios. Perú registró 3,73% de inflación anualizada. A su vez, Colombia reportó un incremento también mayor de lo esperado, hasta llegar a una inflación del 3,73% anual. Pero el que enfrenta la mayor inflación es Venezuela, que aunque en septiembre registró una moderación de los precios a un 1,6%, su tasa acumulada en el año es e 20,5%.
En cambio, la inflación en Brasil se disparó a niveles récords en seis años, a un ritmo mucho mayor que en México, pero los especialistas apuestan a que los precios se moderarán por la desaceleración global y darán oxígeno para mantener o incluso recortar las tasas de interés. La
tasa anual brasilera llegó a 7,31%, el mayor nivel desde junio del 2005 y por arriba de las metas. Reuters