Los sueldos en el sector de la construcción se han incrementado hasta en un 70% en los últimos tres años. En ello coinciden constructores de esta área productiva nacional.
En octubre del 2009 el Gobierno decidió repatriar USD 1 700 millones de la Reserva Monetaria para reactivar la producción, de los cuáles USD 600 millones destinó para el sector de construcción (créditos, financiamiento de programas de vivienda, obras públicas, carreteras, entre otros).
Así mismo, durante estos año se impulsó la entrega de préstamos hipotecarios para la compra y construcción de vivienda por parte del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y más tarde por el Banco de la entidad.
Todo esto generó un ‘boom’ de la construcción (pública y privada) que, si bien reactivó al sector (en este laboran de 300 000 a 400 000 personas de forma directa, según la Cámara de la Construcción de Quito), trajo sus consecuencias.
“Los sueldos subieron. Lo enfrentamos, principalmente, en lo referente a trabajadores especializados porque por la cantidad de obras hay escasez. Ellos son cotizados y es necesario incrementar la parte salarial”, señaló Franklin Hidrobo, presidente Ejecutivo de la Constructora Hidrobo Estrada.
El alza va en el orden de 70%. Hace tres años un soldador, por ejemplo, tenía un sueldo básico mensual de USD 187, mientras que ahora llega a USD 320. A esto hay que sumarle montos extras que se cancelan de acuerdo con el grado de especialización y todos los beneficios de Ley, que incluyen afiliación al IESS, sobresueldos…
Esto, a decir de Hidrobo, ha impactado en el costo de producción de las obras de la compañía. A enero del 2012, estos incrementos del monto a pagar a los trabajadores impactaron a la firma en un 50% en la edificación de infraestructura pública y de un 35% en obras civiles en Quito.
Un arquitecto independiente, que prefiere la reserva, coincide con estos porcentajes. El profesional, a cargo de obras inmobiliarias, asegura que el impacto del tema laboral en el costo de producción alcanza un 30%.
De ese porcentaje, el 20% corresponde al incremento de salarios de personal especializado (que implica el alza de los sectoriales anuales, por el Ministerio de Relaciones Laborales, y el incremento de cada empresa) y el 10% restante a todo lo que implica afiliaciones al IESS, pago de sobresueldos y, principalmente, a aplicación de normas y uso de equipos de seguridad industrial.
En relación con este último tema, el seguro de riesgos del trabajo del IESS y el Ministerio de Relaciones Laborales han reforzado, durante los últimos tres años, los controles en las firmas para determinar si se están brindando las condiciones de seguridad y salud ocupacional a sus empleados.
“Este tema se ha vuelto para nosotros básico. Hemos cumplido con todos los requisitos y eso tiene un costo muy alto. Pero debemos verlo como una inversión, pues evitamos riesgos y posibles demandas de los contratistas que laboran con nosotros”, manifestó José Garcés, de la empresa constructora Uribe&Schwarzkopf.
Para la compañía el incremento de costos por mano de obra es del 30% (el 10% por aspectos de seguridad industrial y el 20% correspondiente al tema de salarios).
En cuanto a este último punto, la firma asegura que se ha sujetado a los incrementos salariales sectoriales que ha establecido el Gobierno y que, sobre ello, cancela un 10% adicional sobre este valor.
Lo mismo aplican los contratistas, que en esa y otras firmas dotan de mano de obra especializada en áreas como soldadura, instalación de cerámica, hierro, etc.
“Se han subido sueldos en un 30% en estos últimos tres años. Es difícil conseguir operarios especializados y por eso hay que pagarles bien. Lo que hago es contratar a gente conocida, con la que ya he laborado, porque son estables. Hay mucha competencia y los trabajadores suelen irse adonde les paguen más”, señaló Luis Lincango, contratista en el área de instalación de pasamanos para la obra Gavá, de Hidrobo Estrada.
Esta rotación también se produce a escala profesional (ingenieros en diferentes áreas), particularmente en cuanto a obras de infraestructura fuera de las urbes.
Un ingeniero con relativa experiencia, que trabaja en campo (vías principalmente), por ejemplo, antes ganaba USD 1 500. Actualmente, puede llegar a ganar sobre los USD 2000.
Las viviendas son más caras
El alto costo de la mano de obra también impacta en el precio final de las viviendas en el país.
Marcelo Montenegro, de la compañía Espacio Inmobiliario, señaló que ante esto, sumado al incremento de los materiales de construcción (ver puntuales) y el alza del valor de los terrenos, ha llevado a que suba el precio del metro cuadrado.
“Hace unos dos años (en las zonas del valle o sur) el costo del metro cuadrado en promedio era de USD 600. Ahora es de USD 800”.
[[OBJECT]]Él estuvo presente en la Feria de la Vivienda Sur 2012, que se llevó a cabo hasta ayer en Quitumbe. Allí, Claudia Morales, del proyecto inmobiliario La Arcadia, señaló que antes los precios eran menores. En años anteriores se encontraba departamentos desde USD 30 000 (en la zona detrás del Mega Santa María de la avenida Maldonado, en el sur de Quito), mientras que ahora cuestan desde USD 35 000.
Ella atribuye el tema al alto costo de la mano de obra y la subida de los materiales de la construcción en el país. Aunque Caridad Vela, organizadora de la Feria, señaló que esos dos puntos no han impactado y que hay accesibilidad para la compra de viviendas.
En el país se calcula que hay un total de 3 748 919 viviendas, pero existe un déficit de 1 millón de casas a escala nacional.
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