La tasa de desempleo urbano de América Latina y el Caribe continuó disminuyendo el año pasado hasta alcanzar un histórico nivel de 6,8%, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que ayer presentó el panorama laboral en la región. En el informe se advierte sobre la necesidad de mejorar la calidad del empleo.
La OIT prevé que la tendencia a la baja en el índice de desempleo podría estancarse en el presente año, por una desaceleración en el crecimiento económico regional, lo cual dejaría el indicador estancado en el 6,8%, equivalente a 15,4 millones de personas que aún no consiguen empleo.
“No cabe duda que la evolución de la tasa de desempleo ha sido muy positiva durante los últimos años, y esto debe servirnos de base para avanzar en forma más decidida hacia mercados laborales que generen no solo más empleo, sino mejores empleos”, dijo la directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, en un comunicado.
El desempleo de los jóvenes, la persistencia de la informalidad, la baja cobertura de la seguridad social y la necesidad de enfrentar la pobreza rural a través del trabajo siguen siendo temas que demandan mayores esfuerzos.
La tasa de desempleo urbano de los jóvenes (15 a 24 años) es de 14,9 por ciento, más del doble de la tasa total y el triple de la de los adultos que es de 5%. “El progreso económico y social es insostenible si no se asume el desafío político de generar mejores oportunidades para los jóvenes”, dijo.
La tasa de desempleo urbano para toda la región registró 7% en los primeros 10 meses de 2011 y se estima que cerró en 6,8% para el período de 12 meses. En 2010, la tasa había registrado un nivel de 7,3%, que fue considerado como un logro pues evidenció que la región estaba experimentando una recuperación con empleo tras el impacto de la crisis internacional cuando fue de 8,1%.
Tinoco calificó como “histórica” esta tasa de desempleo, pues es la más baja de este siglo, que se inició con niveles superiores a 10%, y es la menor registrada desde que se usa el actual método de cálculo del desempleo regional en 1990.
Al menos 50% de la población urbana ocupada tiene un empleo informal, lo que implica condiciones laborales precarias.