Hay principios que son innegociables incluso cuando se habla de negocios. Algunos de estos son potenciar los valores culturales y conservar el ecosistema.
Esa es la tendencia, mas si se lleva en la maleta paciencia, espíritu emprendedor y mentalidad innovadora. En otras palabras: se siembra local y se vende global.Precisamente así es como piensan jóvenes como Tyler Gage y Dan MacCambie, quienes han puesto al té de guayusa a competir con otras marcas en las cafeterías de 40 estados de EE.UU.
Crearon la Fundación Runa y Runatarpuna Exportadora SA en la Amazonía ecuatoriana y desde allá exportan té de guayusa. “Nuestra misión es compartir este producto emblemático del vergel tropical con el mercado internacional”, dijo Gage.
Runa puso a la guayusa en hojas sueltas y molidas en funditas biodegradables en forma de pirámide, a finales de junio, en la feria de bebidas y alimentos más grande de EE.UU. en Nueva York. El año pasado participaron en la feria mundial del té en Las Vegas.
Unas 2 000 libras de té de guayusa se exportan cada mes desde hace casi un año. Las hojas salen de las fincas de 200 pequeños agricultores, que tienen entre tres y 50 árboles de esta planta.
Runa cuenta con el auspicio de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), Corpei y GTZ. El próximo objetivo, además de seguir creciendo en el mercado estadounidense, es introducir el té en Ecuador. “La guayusa es una planta similar al árbol sagrado, cuando sus hojas se ponen a hervir se obtiene un té cafeinado con efectos parecidos a la yerba de mate”, escribió Austin Walsh en el diario Santa Cruz Sentinel de California hace un año cuando Runa promocionó la guayusa.
La guayusa es una planta agroforestal orgánica. Crece bajo las sombras de plantaciones más grandes y de allí la idea de sembrar en esas fincas especies nativas como el cedro, churchu, aguano y otras en peligro de extinción.
“Eso es lo más bonito de nuestro proyecto y es la diferencia de nuestro negocio: conservar la vegetación nativa de la selva y potenciar la obtención de ingresos para los campesinos sin que signifique la destrucción ecológica”, dijo Gage en la feria.
Runa compra a los productores la libra de hojas frescas en 35 centavos. La cosecha de la hoja se hace cada tres meses y representa un ingreso adicional para los agricultores, quienes no tienen oportunidades para vender. En Archidona está la planta de presecado y secado y es la primera en el mundo solo para té de guayusa. Runa tiene 25 empleados en Napo, Pastaza y Morona Santiago.
El enfundado y empacado se hace en el estado de Pensylvania en EE.UU., explicó Gage, para quien el que las dos onzas de té molido vengan en una fundita en forma de pirámide tiene un significado: calidad y garantía en el mercado. Runa también tiene la certificación orgánica y tramita la certificación de Comercio Justo.
Para un año en el mercado, las proyecciones son optimistas. Gage explica esos logros: “debe ser porque hay un ámbito positivo en Ecuador para el desarrollo de este tipo de negocio y porque tomamos mucho té de guayusa”.