La crítica situación en que se encuentra Grecia no se debe al nivel de su deuda, sino a su falta de competitividad, a su “aislamiento” económico en la Eurozona y a su sistema fiscal en pedazos, según el director interino del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky. “La cuestión crucial de la economía griega es la de la competitividad, lo que arroja resultados sumamente débiles”.
Por su lado, el primer ministro griego, Giorgos Papandreou, obtuvo el voto de confianza del Parlamento para garantizar, la semana próxima, la adopción de un impopular plan de ajustes y privatizaciones, imprescindible para recibir más ayuda internacional y evitar la bancarrota.
Una vez superado este primer paso, el Parlamento tendrá que analizar hasta fin de mes un paquete de recortes de 78 000 millones de euros que la Unión Europea (UE) le exige para seguir liberando fondos. Grecia tiene dinero para pagar sus cuentas hasta mediados de julio.
Hasta el 3 de julio, Grecia debe aplicar el plan de recortes y así poder obtener un nuevo balón de oxígeno de 12 000 millones de euros.