El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó hoy muy ligeramente al alza el crecimiento para América Latina y el Caribe en 2012 y lo situó en 3,7% (3,6% en enero), en línea con un modesto avance a nivel mundial.
Para 2013 la región crecería un 4,1%, en una línea ascendente que demuestra su solidez a pesar del entorno complicado que supone la amenaza de la recesión en Europa y el crecimiento muy discreto (2,1%) proyectado para Estados Unidos.
El Fondo estima un crecimiento mundial del 3,5%, también en línea ascendente frente al 3,3% proyectado en enero a pesar de ese crecimiento “anémico” en los países occidentales.
Las economías más importantes de América Latina y el Caribe han experimentado un apreciable vaivén inversor en los últimos seis meses a causa de la volatilidad de los mercados internacionales, lo que impactó también al informe de previsiones mundiales del Fondo, que revisó en tres ocasiones las cifras de la región en ese periodo.
“El contagio a la región a través del comercio, las finanzas y la banca fueron frecuentes en los últimos meses pero con limitada repercusión en la actividad” económica, explicó el informe del Fondo, divulgado a pocos días de su asamblea semestral.
Tras una pausa debido a la aversión de los inversores al riesgo, volvieron los capitales con fuerza a los mercados latinoamericanos, lo que genera presión en la inflación y las tasas de cambio, explicó el Fondo.
Pero de nuevo, la región ha estado en líneas generales anticipando correctamente esos movimientos y esa política prudencial “está trayendo sus frutos”, explicaron los expertos del FMI.
Brasil crecerá un 3% este año (sin cambios respecto al 3% de enero), México un 3,6%, Perú un remarcable 5,5%, la tasa más alta de la región.
Argentina crecería un 4,2%, calcula el Fondo, aunque el informe recalca que las cifras oficiales del gobierno son objeto de disputa.
El Fondo exige a Argentina que aplique inmediatamente las recomendaciones que le hicieron el año pasado sus expertos para poner al día su sistema estadístico, en materia de Producto Interior Bruto (PIB) e inflación, y en septiembre vence en teoría el plazo para realizarlo.
Estados Unidos crecerá un 2,1%, la zona euro caerá en recesión (0,3%), China un 8,2%.
Los riesgos de contagio del descontrol financiero europeo subsisten, y de parte de Asia existe el riesgo de un parón en la demanda de materias primas, que tanto beneficia a países centroamericanos.
“La región ha tenido problemas para recibir al dinero ‘caliente’ en el pasado y por ello sigue siendo una de de las principales fuentes de vulnerabilidad”, añadió.
La inflación está asumiendo buena parte de las presiones que genera esa entrada de “vida fácil” pero no hay motivos para desalentarse, explicó el Fondo.
“Esas preocupaciones son particularmente agudas en Venezuela, donde la política (macroeconómica) no se ha endurecido aparentemente y la inflación continúa siendo alta”, explica el texto, que prevé para el país dirigido por el presidente Hugo Chávez un crecimiento del 4,2%.
“Frente a este panorama, las políticas públicas deben seguir alerta para controlar los efectos de recalentamiento”, añadió el texto.
Los quebraderos de cabeza de la banca europea vuelven a ser mencionados por el Fondo como una posible vía de entrada de malas noticias, en especial desde España. Pero la entrada de capital propio de la región a las filiales bancarias permite su autofinanciamiento, lo que ayuda a despejar las inquietudes por el momento.