El empleo adecuado tuvo un deterioro alto en varias provincias del Ecuador, entre 2019 y 2021. En este periodo se sintió la transformación del mercado laboral con el surgimiento de la pandemia.
A escala nacional, el empleo adecuado, en donde se trabaja al menos ocho horas y se percibe como mínimo un salario básico, pasó de 38,3% en 2019 a 32,5% en 2021. Es así que cayó 5,8 puntos porcentuales.
Estos datos corresponden a la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) Anual. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) señaló que, por las restricciones propias de la pandemia, no levantó la información para el 2020. Por esto, solo se cuentan con la información previa y posterior al año de surgimiento del covid-19.
Galápagos fue la provincia en donde el empleo adecuado tuvo mayor afectación. Este indicador registró una caída de 29,2 puntos porcentuales. Le sigue El Oro con una afectación de 10 puntos porcentuales, seguido de Pichincha con una reducción de 9,5.
Pichincha, con crecimiento de subempleo
En Pichincha, el empleo pleno alcanzaba una tasa de 53% en 2019 y en 2021 el indicador cerró en 43,6%.
Para Pablo Zambrano, presidente ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), en esta provincia, así como en el resto del país, el mercado laboral mantiene grandes problemas estructurales.
Entre ellos están las dificultades para la contratación y el crecimiento de la informalidad, aseguró Gabriel Recalde, director del Observatorio de la Política Laboral. “Esas fallas se han hecho más visibles con la pandemia”.
El experto destacó que en Pichincha, donde está la capital ecuatoriana, se concentra gran parte del empleo del sector público por la existencia de diversas entidades. Con la pandemia, se produjeron recortes de personal, que dejaron a estos trabajadores en la desocupación y algunos aún no encuentran un empleo formal, explicó.
Esto se confirma con el decrecimiento del rubro de la administración pública en 2020. Zambrano agregó que otros sectores importantes en la provincia, como el de la construcción, también han tenido desempeños negativos. “Lo que conlleva a contextualizar, que la caída en los niveles de producción tiene efectos sobre el mercado laboral“, dijo.
Las personas que dejaron de tener un empleo adecuado se trasladaron principalmente al subempleo. En Pichincha, este indicador pasó de 12,5% en 2019 a 21,7% en 2021.
El subempleo ha crecido como parte de la informalidad que se vive. Por un lado, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) pueden estar haciendo contrataciones flexibles. Y, por otro, las personas se han dedicado a buscar cualquier ocupación informal para generar ingresos, dijo Recalde.
Otros se quedaron en el desempleo. Este indicador aumentó del 8% en 2019 al 10,8% en 2021. Aunque el crecimiento no fue grande. El indicador de desocupación es el más alto a escala nacional. Esto evidencia, que el problema de la falta de empleo, ya era elevado en la provincia antes de la pandemia.
Ante este panorama, es necesario avanzar y concretar la reforma laboral para mejorar las condiciones laborales, coinciden Zambrano y Recalde.
“Esto es necesario porque el mercado laboral en Ecuador sigue manteniendo una estructura fragmentada, con efectos grandes post pandemia especialmente para trabajadores menos calificados, grupos minoritarios y mujeres con hijos y, en general, en condiciones de vulnerabilidad”, señaló Zambrano.
Para Recalde, es importante la reforma laboral porque se requieren normar las nuevas modalidades de trabajo, garantizar el acceso a la seguridad social y facilitar la contratación formal.