La obligación de separar los negocios bancarios y bursátiles en el país genera preocupación en el sector financiero.
La Asociación de Administradoras de Fondos y Fideicomisos del Ecuador (Aaffe) remitió ayer un oficio al presidente de la Junta Bancaria, Pedro Solines, en el cual señalan su preocupación por la medida tomada a finales de julio pasado. A través de 12 artículos y cinco disposiciones, la Junta Bancaria reguló una de las preguntas de la consulta popular del 7 de mayo pasado, que buscaba que las instituciones del sistema financiero privado no tuvieran relación con otros negocios.
La Junta Bancaria interpretó ese pronunciamiento y considerósiste que los negocios bursátiles no formasen parte del sistema financiero, por lo que los bancos deben deshacerse de esos negocios.
Sin embargo, eso podría generar la “creación de fondos de alto riesgo para los ahorristas y la concentración de instrumentos destinados al ahorro y la inversión solo en entidades intermediadoras (bancos)”, señaló Ramiro Viteri, Director Ejecutivo de Aaffe.
“Si la medida estaba destinada a generar mayores opciones para el ahorro, realmente hace lo contrario, pues las restringe”
La desinversión de los bancos en las compañías administradoras de fondos y fideicomisos debilitaría a estas últimas, al punto de dejarlas fuera del mercado, al no poder tener más el respaldo financiero de los bancos. “En la experiencia latinoamericana, la mayor parte de estas entidades están apoyadas por la banca”, dijo Viteri, quien añadió que se generaría una reducción de opciones para la canalización del ahorro antes que mayor acceso.
El director de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), César Robalino, señaló la semana pasada que la desinversión en estos negocios haría que los precios de estas empresas caigan en el mercado, lo cual destruiría riqueza en lugar de crearla. El plazo para vender los negocios termina el 12 de julio del 2012.