La fallida negociación con el Eximbank de China, para financiar la construcción de la central hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, abrió una interrogante sobre la maniobra a la que apuesta el Gobierno para encontrar el dinero que requiere.
El Régimen tiene la política de negociar contratos para estas obras, tipo “llave en mano”, es decir, que los estudios, la construcción, el financiamiento y la puesta en operación están enlazados.
Según el presidente de la Cámara de la Construcción de Quito, Hérmel Flores, con el modelo de contrato llave en mano, que se firmó con la china Sinohydro (encargada del Coca-Codo Sinclair), se abría la posibilidad de que se inflen los costos del proyecto. “La compañía tenía a su cargo los estudios, la construcción y el financiamiento. La consultora italiana Electroconsul determinó en enero del 2008 que el Coca-Codo tendría un precio de USD 1 503 millones, pero sin explicación se firmó un contrato con Sinohydro por USD 1 979 millones”.
Para el ex asambleísta León Roldós, antes de firmar el contrato de construcción debía estar asegurado el financiamiento. “El fracaso implicará que quede sin efecto el contrato y, como consecuencia, se pudiera dar un litigio o transacción que tendría costos para el país”. Además de la extensión de los plazos para que se inicie la construcción de la Central.
El experto energético Ricardo Buitrón explica que los fracasos se dieron por la aplicación de la figura de alianza estratégica, como sucedió con Enarsa de Argentina, o con el modelo llave en mano, como en el caso de Sinohydro.
“Han transcurrido 38 meses de Gobierno y el proyecto apenas dispone de los diseños referenciales, debido a la forma de contratación. Si el Régimen hubiera seguido los pasos de la Ley de Contratación Pública, los estudios definitivos hubiesen estado listos en tan solo 18 meses”.
Al respecto, las autoridades no se manifestaron. Este Diario buscó la versión de los ministros Galo Borja, Miguel Calahorrano, Diego Borja y María Elsa Viteri y no obtuvo respuesta. Solo el canciller Ricardo Patiño, en rueda de prensa, señaló que “inmediatamente se buscará al financista y que se seguirá trabajando en la construcción de las vías de acceso de lo que será el Coca-Codo”.
Flores añade que, de darse un nuevo proceso licitatorio de manera rápida y con las proyecciones del Gobierno, la nueva empresa terminaría los estudios en el primer trimestre de 2011, con lo que el proyecto estaría solo en planos luego de cuatro años.