El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, arremetió hoy contra los desahucios que tienen lugar en España, al tiempo que hizo una dura crítica a la política de austeridad y a las organizaciones internacionales, durante su intervención en el plenario de la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz.
“Los desahucios no tienen razón de ser y sólo reflejan la supremacía absoluta del capital financiero sobre los seres humanos”, dijo sobre expulsión de sus casas de la gente que no puede seguir pagando sus hipotecas adquiridas con los bancos, una realidad que está siendo especialemente cruda en España en los últimos meses y que también afecta a los 600 000 ecuatorianos que residen en España.
“Esa inflexiblidad de los bancos nos llevan al peor de los mundos: el de que haya gente sin casas y casas sin gente”. Detrás de todo, consideró Correa, hay un problema de coordinación: “hay familias que necesitan casas y que se quedan sin ellas mientras los bancos que no las necesitan están repletos de ellas”.
Correa pidió también un buen trato a los emigrantes latinoamericanos en Europa, así como acuerdos concretos en España para garantizar el respeto a los derechos humanos de los inmigrantes latinos, como el acceso a los servicios sanitarios.
El mandatario ecuatoriano criticó las políticas de austeridad que llevan a cabo los países europeos para enfrentar sus crisis financieras, que consideró sólo profundizan y alargan la crisis porque sirven para garantizar los retornos de capital financiero y el pago de la deuda.
“La crisis económica y social en que está sumida el mundo occidental y que se manifiesta con especial crudeza en el sur de Europa ha puesto en evidencia que la receta neoliberal de siempre no ofrece una salida a la crisis”. Y es que esas recetas que se aplican en Europa son las mismas que pusieron a los países latinoamericanos hace años y que no fueron parte de la solución, sino del problema, consideró.
Correa recordó la situación de Ecuador en 1999 cuando la confiscación de dinero privado en el país empujó a millones de personas a la pobreza y los servicios públicos se redujeron al mínimo y desaparecieron. “La historia se repite ahora en Europa, no cometan los mismos errores”.