Ni el fuerte sol, ni la humedad merman el caminar de los compradores y el cantar de los comerciantes. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Caminar por las más de diez cuadras de la Bahía de Guayaquil se torna en estos días cada vez más difícil. Gente comprando y vendiendo objetos navideños, vehículos atravesados, pitos ensordecedores complican más la siempre congestionada zona comercial, ubicada en el centro de la ciudad.
A dos días de días de la Navidad, miles de personas llenan la parte peatonal de la calle Chile desde la avenida Olmedo hasta Colón y desde Malecón hasta Boyacá, el tránsito es a paso lento.
Ni el fuerte sol, ni la humedad merman el caminar de los compradores y el cantar de los comerciantes. “Venga acérquese y vea sin compromiso si le gusta lo lleva” es el grito de batalla que se oye en las esquinas entre los vendedores.
Karina Loor, ofrece camisas mangas largas y cortas, por un bajo precio en su local, en las calles Chile y Ayacucho. Los clientes llegan y preguntaan a cada rato por las prendas. Los precios van desde los USD 9.
Loor cuenta que a diario vende tres docenas de camisas. “No me puedo quejar, las ventas han sido buenas este año. Han aumentado en un 20 % comparado con el año pasado”, dijo la vendedora.
Los ropa y los juguetes han sido lo más vendido. Al caminar por los estrechos callejones de la Bahía se puede encontrar muñecas desde USD 3 y peluches, carros pequeños en 5.
Jose Tubay le compró a su hijo de USD 7 años, un muñeco del Capitán América en USD 8. “Esto está repleto. Creí que no iba estar tan lleno pero después estará full”. La atención en la Bahía se ha extendido hasta pasadas las 20:00, mientras los taxistas ya no quieren recorrer esa zona de Guayaquil, pueden tardar más de media hora en atravesar el sector.