En apenas una década, el intercambio comercial entre China y América Latina pasó de un total de USD 15 000 millones a USD 183 068 millones, con un crecimiento anual del 28,4%.
Para el 2014 se cree que Pekín podría convertirse en el segundo destino de todas las exportaciones latinoamericanas, desplazando a la Unión Europea (UE).
Sin embargo, la balanza comercial para la mayor parte de la región está en desequilibrio y se fundamenta en la venta de recursos naturales, un modelo que resulta inviable tanto para China como para América Latina.
“Hay insostenibilidad en el modelo de mercado basado en la exportación de productos de bajo valor y de materias primas”, afirmó Wan Jifei, presidente del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional.
La relación comercial debería apuntar, según Wan, a transformar las industrias de cada parte.
América Latina podría explorar la venta de productos agrícolas de alto valor, como café de calidad o vinos, y mejorar su sector de servicios, especialmente en turismo de lujo, desarrollo de software y servicios financieros.
“El reto que tenemos hacia adelante es cambiar las materias primas por productos terminados, por servicios y manufacturas. Ahí hay un gran espacio que debe ir también acompañado de mayor inversión”, señaló Luis Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
Precisamente para incentivar la inversión china en la región, Moreno anunció la estructuración de la plataforma de inversión creada entre el BID y el Banco de Exportaciones e Importaciones de China (Exim Bank).
“América Latina necesita importar capital y China tiene recursos abundantes”, añadió.
La plataforma tendrá un capital total de USD 1 800 millones, que serán usados en proyectos de infraestructura, en la explotación de recursos agrícolas y naturales y en firmas medianas.
La transferencia de tecnología de empresas chinas haría que la región se modernice y desarrolle de forma paralela los sectores de servicios, transporte y logística.
En medio de estos anuncios la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (Cepal) indicó que con la llegada de más inversiones chinas se debe tener cuidado de no precarizar el empleo.
“Lo que no puede ser es que estemos basando nuestra competitividad en la flexibilidad laboral”, dijo Alicia Bárcena, directora general de la Cepal.
Algunos detalles
La Cepal considera que las empresas chinas que buscan invertir en la región deben tomar en cuenta las condiciones laborales que tiene cada país.
En Ecuador ha existido quejas sobre presuntas violaciones laborales por firmas chinas.
La plataforma para atraer capital chino, impulsada por el BID, será gestionada por 3 fondos de inversión -McGuire, SinoLatin y Darby- que la mezclarán con fondos independientes.