Desde el pasado 12 de julio, el banco iraní Pasargad fue incluido en la ‘lista negra’ de la Oficina de Control de Activos Internacionales (OFAC).
Este organismo sancionó a la entidad bancaria iraní por sus presuntos nexos con la circulación de dinero para el financiamiento del terrorismo.
La sanción contra Pasargad cobra importancia en Ecuador por la negociación que realizaron, en febrero de este año, funcionarios de Cofiec y el propio presidente del Directorio del Banco Central, Pedro Delgado, para primero ofrecer la venta del banco y, posteriormente, para abrir una corresponsalía entre Pasargad y Cofiec.
Según el informe presentado por Gino Caicedo, ex presidente Ejecutivo de Cofiec, la institución ecuatoriana debía proceder inmediatamente a enviar “su código ‘swift’ con el cual se pondrán en contacto las dos instituciones”.
Luego, Cofiec se iba a encargar de aperturar una cuenta en cualquier moneda (Irán no puede transar en dólares, por las sanciones) y en un país europeo o asiático. Una vez concretado este paso, Pasargad debía enviar una solicitud a Cofiec para que le aperture y registe su nombre internamente en una cuenta. Así, todo estaba listo para las transacciones.
Una vez que renunció Caicedo, el 18 de julio, señaló que primero se habló de abrir una corresponsalía, pero era un proceso largo. “Se dio la disposición del accionista mayoritario (el Fideicomiso AGD-CFN No Más Impunidad) de que Cofiec no podía participar porque no teníamos el ‘swift’ y recién estábamos tratando de implementar el área de comercio exterior. No se concretó nada”.
Además, Caicedo aseguró que no se hicieron transferencias. “Lo único que hicimos fue entrar en contacto con Pasargad, que es un banco milenario. No se hizo ninguna transferencia”.
Por su lado, Germánico Maya, presidente del Directorio de Cofiec, afirmó que el Directorio nunca autorizó la apertura de cuentas. “No hemos abierto nada. Jamás íbamos a aprobar algo así ni tampoco escuchamos una propuesta para servir de pantalla de ningún banco. Tampoco me han llamado a proponerme algo así”.
Según este funcionario, todos los miembros del Directorio archivaron el informe de Caicedo. “Escuchamos el informe y, como Presidente, no autoricé nada. Los directores somos representantes del accionariado y no ha habido presiones del accionista mayor”.
Sobre la situación de Cofiec, Maya adelantó que una opción es hacer que opere como banca de primer piso, pero no se puede con el actual capital y patrimonio. La segunda opción es que sea de segundo piso, pero guardando las proporciones para canalizar recursos a segmentos sociales más necesitados. Hay un capital pequeño de USD 3 millones; las pérdidas se están solucionando.
“Esto ha llevado a que el accionista mayoritario considere que sea necesario vender el banco, que es la tercera opción”.
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