La banca debe tener más plata en el país

En la Comisión de lo Tributario y Económico. Abelardo Pachano (centro), de Produbanco, explicó ayer el alcance de la reforma que plantea el Ejecutivo a la Ley de Régimen Monetario y Banco del Estado.

El sistema bancario deberá traer del exterior más de USD 3 000 millones hasta el 31 de mayo próximo.
Estos recursos, cuyos dueños son los depositantes, han sido invertidos tradicionalmente en el exterior por dos razones, según la banca: seguridad y liquidez.
Con esto los bancos garantizan al público la devolución de sus recursos de forma inmediata.
Sin embargo, desde marzo del 2009, el Directorio del Banco Central (BCE) viene regulando la liquidez del sistema para que una parte se invierta localmente.
En primera instancia, el BCE ordenó en marzo del año pasado que el 45% de las reservas del sistema financiero regresen al país, y dio plazo hasta septiembre pasado. A esto se denominó Coeficiente de Liquidez Doméstica.
Según el ministro de la Política Económica, Diego Borja, este 45% representaba USD 1 209 millones, pero en la práctica retornaron USD 600 millones, pues el resto ya estaba en el país.
Tras esta medida, el pasado 27 de febrero, el Directorio resolvió que el 45% ya no se calculará sobre las reservas de liquidez efectivamente constituidas, sino sobre la liquidez total del sector.
Al ampliar la base de cálculo se incluyeron los fondos disponibles, inversiones y recursos del Fondo de Liquidez. Este último funge de prestamista de última instancia, en caso de que una entidad presente problemas de liquidez (ver las cuentas en el cuadro).
Hasta el 31 de enero pasado, según las cifras de la Superintendencia de Bancos, la liquidez total del sistema bancario fue de USD 7 299,2 millones y el 45% equivale a 3284,6 millones.
Bajo el esquema del año pasado, esa liquidez doméstica sumaría cerca de USD 1300 millones.
En otras palabras, con la actual resolución la liquidez que deberá tener los banca en el país se multiplicará por 2,5 veces.
Para Fernando Pozo, presidente del Directorio de la Asociación de Bancos Privados, este nuevo cálculo “resulta antitécnico”. Explicó que los montos de liquidez que deben mantener las entidades deben estar en función del monto de depósitos, de su vencimiento, si son a la vista o a plazo, de su concentración y volatilidad. “Ninguno de estos conceptos se aplica en la resolución”.
Wilson Araque, académico de la Universidad Andina, cree que bajo la óptica estatal la medida busca canalizar el ahorro nacional a la inversión privada.
De esta forma se podría dinamizar la producción y generar empleo. Pero, lamentablemente, añade, el clima de negocios no es bueno, por lo que pese a que hay crédito disponible no han demanda.
Durante el último año, la cartera de créditos del sistema bancario creció 25,6%, mientras que las captaciones del público subieron en 40,2%.
Por otra parte, el BCE estableció que se invierta el 1% de esta liquidez en valores de renta fija del sector no financiero (títulos que emiten las empresas).
Pero Pozo explica que las emisiones que se han realizado de este tipo vencen a tres años y cinco años. Y un papel de estas características no puede hacerse efectivo inmediatamente. “No calificaría como reserva de liquidez”.
Araque, al igual que María Laura Patiño, abogada financiera, coinciden en que el punto más preocupante es que al traer toda esta liquidez se puede afectar el mecanismo de seguridad que los bancos crearon para respaldar el ahorro de los depositantes.
Esto debido a que buena parte de los recursos podrían ir al BCE, que desde diciembre 2008 no transparenta la situación real de sus balances. Patiño señala, además, que al restarle liquidez al sistema se afecta el acceso a crédito externo, pues parte de reservas son para respaldar préstamos.